Pisotones, cuernos… y mucho respeto
No es casualidad que se note una cierta electricidad en el aire. Sí, el Bayern ha sucumbido en la Bundesliga. Sí, el todopoderoso conjunto muniqués, insignia del fútbol alemán, fue eliminado de la Pokal a manos de un tercera división. Pero es el Bayern. Ese nombre retumba en las entrañas de un Bernabéu que sabe de sobra de lo que es capaz ese equipo que porta rombos blanquiazules en su pecho. No importa quién llegue mejor o peor. Quién acumule sensaciones más positivas o negativas. Quién disponga de los jugadores, a priori, más diferenciales. Es un Bayern de Múnich contra el Real Madrid. El clásico del fútbol europeo. La historia interminable de una rivalidad sin igual que volverá a escribir su enésimo capítulo esta noche en el teatro de Chamartín.
Los tacos de Juanito. Los cuernos de Augenthaler. El incendio del Allianz. Son muchísimos años, incontables batallas, todos partidos para el recuerdo. Es cierto que el City pudo ser, a nivel futbolístico, el hueso más duro de roer hasta la fecha para el lado blanco. Pero el Bayern es el Bayern. Y llega a la capital española consciente de que puede salvar una temporada para el olvido levantando la Orejona. Y superando a su eterno rival continental. Es el Bernabéu. Pero el cuadro muniqués lo conoce. Ha pisado muchas veces el césped madrileño y lo volverá a hacer esta noche consciente de los mitos que lo tomaron en un pasado. ¿Predicciones? Imposible. Lo que queda claro por encima de todo es que, independientemente del que selle el billete a Wembley, la historia de este duelo ancestral habrá ganado un espisodio más. A disfrutarlo.