Philippa York, antes Robert Millar
Leo en las páginas de deportes de ‘El Mundo’ la entrevista que, en el contexto del Tour, le hace un periodista, Lucas Sáez-Bravo, a una periodista, Philippa York. ¿Y…? Pues que como saben los avisados en temas de ciclismo, Philippa York fue en otro tiempo Robert Millar, buen ciclista escocés dominador de cumbres en el Tour y rival directo de nuestro Perico Delgado, que le arrancó una Vuelta el penúltimo día en la etapa que finalizaba en Destilerías DYC. La entrevista es formidable porque plantea, y para muchos resuelve, una cuestión inquietante que está ahora mismo sobre la mesa: la presencia creciente de transexuales en pruebas femeninas.
Philippa no habla en provecho propio, pues empezó y culminó su carrera siendo Robert. Sí cuenta su peripecia, sus dudas, sus tormentos desde la niñez hasta que paso a paso alcanzó a ser lo que se sentía: una mujer. Mujer plena, que hoy sigue el Tour en funciones de periodista. Philippa habla en provecho de las que van llegando detrás, ahora que el mundo está más abierto a esta posibilidad. Habla por Laurel Hubbard, Lia Thomas y otras menos conocidas, mujeres que fueron hombres, que quieren practicar un deporte y despiertan la sospecha de que juegan con ventaja. Hasta el punto de que hay quien propone una categoría transgénero.
“Nadie cambia su sexo sólo para ganar medallas olímpicas”, es el titular resumen. No es un capricho, no es divertido, se nota al escucharla. Respecto a la ventaja de entrar en el deporte femenino con fortaleza masculina, aporta el dato de que se pierde fuerza (entre un 15 y un 20%) y destreza, que se van con la testosterona. No se recupera igual, no se puede entrenar igual. Un hombre que fuera 10º en su prueba sería 10ª compitiendo como transexual entre mujeres, defiende. La entrevista, claro, no da para profundizar en cuestiones científicas que avalen o refuten lo que dice, pero enriquece el debate y pone en cuestión prejuicios con los que se estaba abordando.