Petardazo del Barça y jolgorio atlético

Recaída del Barça en Hamburgo. Un paso atrás, dijo Xavi, enfadado con el mal juego de su equipo, que con un simple empate que hubiera sacado anoche tendría ya la clasificación en la mano, lo que da un respiro para emplearse a fondo en otro frente, el de LaLiga. Lo peor es que ha ido recuperando lesionados, ya sólo falta De Jong, pero el equipo se atasca un día y otro en ataque, y tampoco es seguro atrás. Ayer encajó un gol, más otro que no valió por fuera de juego y Ter Stegen tuvo que rechazar tres disparos a bocajarro. A cambio de eso, el Barça sólo produjo un tiro a la portería rival, de Gavi. Apretó mucho, pero sin encontrar a Lewandowski.

Fue partido de una dirección, con el Shakhtar muy agrupado atrás y saliendo con velocidad por una u otra banda, aunque curiosamente su gol llegara en una jugada larga, cargada de combinaciones precisas. Xavi sacudió el equipo a la hora de juego, cambiando las alas y la media, se notó a Lamine, se notó algo el manejo de Pedri, incluso João Félix y Balde bulleron más que sus predecesores, pero eso sólo sirvió para hundir al Shakhtar en su área, no para crear peligro. Tampoco cuando entró Fermín como última carta. Un mal partido, otro suspenso europeo para el Barça de Xavi, cuyos pinchazos en esta asignatura ponen en sospecha el proyecto.

Todo lo contrario que el Atlético, que desencadenó un jolgorio inolvidable en el Metropolitano. Una de esas noches en las que cualquiera hubiera querido estar allí. Es cierto que se puso todo pronto de cara, con un rápido gol de Griezmann, que está para compararse con cualquiera de los grandes del momento, y enseguida la expulsión del extremo Maeda por un bárbaro planchazo a Mario Hermoso. Esta vez el VAR vino al pelo, porque el árbitro lo había despachado con amarilla. Pero ni eso cambió el criterio de Cerezo, interpelado al respecto por Mónica Marchante. Como tantos, desconfía de este invento incluso cuando es para bien. Bravo.

El partido fue un festival. El Atlético jugó horrores, con rapidez, precisión y furia atacante, como si necesitara imperiosamente los goles para voltear una eliminatoria complicada. Fue de nuevo una delicia ver a Riquelme, ese mediapunta reciclado porn Simeone en inagotable carrilero que se entiende a las mil maravillas con Griezmann. Y Morata sigue inspirado ante el gol: en esta Champions ya lleva cinco. Todo tuvo un aire fresco, de equipo grande, rápido, conjuntado, bueno en los esfuerzos, bueno en la creación, bueno en el remate, con una plantilla larga que ofrece variantes y un entrenador que los tiene a todos de puntillas.

Sigue el canal de Diario AS en WhatsApp, donde encontrarás todas las claves deportivas del día.