Persecución tras moto en Oviedo
El Madrid ha arrancado como una moto. Si ya era difícil ponerse a su rebufo sin que el nuevo piloto de la escudería hubiese completado aún la puesta punto, ahora que parece que el motor suena cada vez mejor y más acoplado, seguir su estela va a precisar viajar a punta de gas todo el campeonato.
El demarraje blanco solo lo puede seguir el Barça, cuyas piezas ya venían mejor ensambladas por la puesta a punto de Flick, que continúa apretando tanto el manillar como las tuercas de esta máquina de altísima cilindrada. El problema es que algunas piezas han tenido que ir al taller a poco de comenzar la carrera. Sin Gavi, Fermín, y sobre todo sin Lamine Yamal, el motor va a tener que viajar algo más revolucionado, y eso siempre tiene sus riesgos. Esperemos que no gripe en esta aceleradísima persecución tras moto en la que se ha convertido este inicio de campeonato.
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Esta noche en Oviedo, el Barça se enfrenta a un circuito plagado de curvas. Jugar en el norte siempre requiere un plus, más aún ante una afición que mantiene la ilusión enfebrecida de competir con los más grandes tras muchos años de penar en categorías inferiores. El Carlos Tartiere es un escenario que nada tiene que envidiar a los mejores estadios de España. Su ambiente parece el de los mejores años del Jarama. Cuidado con los derrapes.
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