Pedri-Lewandowski, una pareja de cuidado
El optimismo contagioso de Laporta convocó el viernes a 56.000 entusiastas para la presentación de Lewandowski, todos los cuales, y algunos más, acudieron a una feliz noche del Gamper. Recordó, cómo bien anunciaba Santi Giménez ayer en estas páginas, a los Gamper de otros tiempos, cuando el culé acudía ilusionado a ver las novedades. Este año hay tantas que la transmisión de los partidos de la gira americana no ha gastado la curiosidad y bien se notó en la presentación de los jugadores, uno a uno, en la que el aplausómetro alcanzó sus máximos con Lewandowski. Sin duda, el fichaje del verano.
Tras un sencillo y cariñoso homenaje a Alves, que venía como figura relevante de los Pumas, el Barça arrancó a jugar como si lo fueran a prohibir: con genio, inspiración, unidad de propósito y todo lo que el buen fútbol necesita. A los tres minutos ya había marcado Lewandowski, a pase de Pedri, al que pronto devolvió la asistencia. Luego fue Raphinha el que le puso el gol en la bota a Dembélé y no pasó mucho hasta que Pedri, de nuevo a pase de Lewandowski, hizo el cuarto. Viéndoles darse goles el uno al otro, se diría que Lewandowski y Pedri crecieron jugando juntos en el mismo barrio, y no a tantos años y kilómetros de distancia.
La segunda mitad sirvió para que Xavi luciera la profundidad de banco: Piqué, Jordi Alba, De Jong, Aubameyang… Y Koundé en el 60′, recibido con una gran ovación. Y también Depay que, como De Jong, jugó con el interés del que se quiere quedar. Y poco a poco casi todos… Tras el partido tuve la sensación de que Xavi había mandado algunos mensajes (fue llamativo ver a Balde en el puesto de Jordi Alba en la alineación inicial, como lo fue la suplencia de Piqué en favor de Eric Garcia) y de que todo lo que ocurrió en el partido le sirvió para ratificar ideas. Todo ello envuelto en el celofán de un bonito 6-0. El Barça está de vuelta.