Pavlidis, ante el rival contra el que despertó
Más descanso. El Benfica va a intentar contrarrestar el lógico favoritismo azulgrana con las armas que mostró en la noche del 4-5 -una tremenda verticalidad de sus extremos y un acierto goleador de Pavlidis que, curiosamente, despertó ese día después de una prolongada sequía- y con el menor desgaste físico de los últimos días. La liga portuguesa aplazó el duelo que los encarnados tenían este fin de semana para darles más tiempo para preparar el choque ante el Barça, entendiendo que todo el fútbol luso puede salir beneficiado de ello -al fin y al cabo, afecta al coeficiente general del país en su pelea con Países Bajos por tener tres plazas en la Champions y no sólo dos-. Así que habrán transcurrido siete días entre el pitido inicial del colegiado hoy en Lisboa y la última vez que las águilas disputaron un partido: fue el pasado miércoles en cuartos de final de Copa contra el Sporting de Braga, al que derrotaron por 1-0 con gol, precisamente, de Pavlidis -el griego lleva once tantos en sus diez últimas apariciones; antes del Benfica-Barça de la Fase de Liga había anotado dos en los diecisiete encuentros precedentes entre club y selección-. En el seno del Benfica hay mucha confianza en poder lograr el triplete nacional -igualando así la gesta de la campaña 13-14-: con la Copa de la Liga ya conquistada, en liga estaba empatado a puntos con el Sporting hasta la suspensión de su partido de la última jornada, y en Copa se medirá en semifinales al Tirsense de cuarta división. Progresar en Europa aumentaría las buenas sensaciones de una campaña que ahora mismo pinta muy bien -el equipo lisboeta ha ganado siete de sus últimos ocho duelos, y el otro fue un frenético empate a tres en la vuelta ante el Mónaco que le sirvió para sacar el billete para los octavos de final-, aunque para ello debería superar a un Barcelona que ya demostró en enero que tiene muchos argumentos para hacer daño a su sistema defensivo, poco preparado para frenar a rivales de este nivel.
Los mismos cuatro. El conjunto de Bruno Lage se mostró vulnerable atrás en ese precedente, concediendo dos penaltis, sufriendo pérdidas en la salida de balón y encajando también en un centro lateral en el tanto de Eric Garcia. El técnico no tiene demasiadas alternativas para modificar su zaga, ya que Alexander Bah, el muy buen lateral derecho danés que fue suplente entonces, está lesionado. Así que Tomás Araújo, de perfil más defensivo, repetirá en esa posición, con Otamendi y Antonio Silva en el eje. El fantástico Álvaro Carreras, una gran amenaza ofensiva, seguirá en la izquierda.
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El fichaje de Bruma. En el medio, Florentino Luis tiene problemas físicos. Es un contratiempo, porque es el más especialista en la contención. Es probable que entre el luxemburgués Barreiro y que Aursnes y Kökçu moderen sus subidas al ataque. Con Aktürkoglü fijo en un costado, en el otro podría entrar por Di María (con dolencias musculares) el recién fichado Bruma. El extremo, con pasado no demasiado brillante en la Real Sociedad, rindió a un buen nivel en el Braga y se ganó fichar por el Benfica en invierno y volver así a un grande de su país tras haber arrancado su carrera en el Sporting. Es explosivo y encarador, en la línea de lo que pide Bruno Lage a sus jugadores de banda.
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