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Ha llegado el día en el que los centrales del Real Madrid afrontan el mayor reto que han tenido en los últimos años: parar a Haaland. El momento de juego y de confianza del noruego, que no para de reducir a vulgares a defensas de supuesto alto nivel, supone una tremenda amenaza para una línea que encima está menos ajustada que hace un año. La baja de Militao en la ida agrava el problema porque, a pesar de sus últimos despistes, su repliegue hacia atrás es el más rápido de la zaga blanca. ¿Cómo se para al noruego? Parece claro que con espacios y en carrera es imposible detener a Erling. Su prodigiosa zancada no está al alcance ni de la extraña carrera de Rüdiger. Además, ahora el rubio participa más en el juego de equipo, que le busca más para que baje y toque balones a los jugones del equipo celeste.

En esa pelea por arriba se van a tener que batir el cobre los centrales cuando Guardiola ordene salir en largo hacia Haaland para saltar líneas de presión. Pero, ¿puede salir a presionar arriba el Madrid? ¿Están los de Ancelotti para arriesgar dejando espacios atrás o lo conveniente es apostar por un bloque bajísimo que cierre todas las rendijas posibles? En el ideal blanco hay un panorama favorable, con el City volcado en campo contrario y Vinicius volando en una contra letal. Pero para que eso suceda hay que parar al mejor delantero del mundo y eso, a priori, parece casi imposible.