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Otro europeo para la historia de la NBA

Con un día solo de separación, dos serbios han dominado el mundo. Después de la coronación de Novak Djokovic como campeón de 23 Grand Slams, su buen amigo Nikola Jokic ha conducido a los Denver Nuggets a su primer título en la NBA, con un reconocimiento individual como el más valioso de la serie. El pívot entra así en el selecto grupo de elegidos que reúnen ese MVP de la final, el MVP de la liga regular, que logró en 2021 y 2022, y el anillo de campeón. Antes habían ingresado en el club otros dos europeos: Dirk Nowitz­ki y Giannis Antetokounmpo. Ese es el nivel.

Jokic ha rematado los playoffs con un promedio casi de triple-doble: 30 puntos, 13,5 rebotes y 9,5 asistencias. Nada mal para un jugador que aterrizó en la NBA en el puesto 41 del Draft, con visible sobrepeso e informes críticos sobre sus posibilidades de éxito. Sus números le sitúan ahora a la altura de los más grandes, si bien nunca ha tenido el carisma de otras estrellas, ni tampoco lo ha buscado. Su primera declaración tras el último partido ante los Miami Heat define al personaje: “El trabajo está hecho, nos podemos ir a casa”.

La eclosión de Jokic reivindica al jugador europeo en la mejor liga del planeta. De los últimos cinco MVP, cuatro han recaído en dos continentales, dos para Antetokounmpo y dos para Jokic, y uno para un africano, el camerunés Joel Embiid. Siempre a la estela de otros triunfadores, por ejemplo ese trío de ases que este verano ingresará en el Hall of Fame de Springfield, la galaxia del basket: Tony Parker, Pau Gasol y el mencionado Nowitzki. La NBA es cada vez más internacional y los europeos hace tiempo que se codean con los más grandes. Qué atrás queda ya la llegada de los pioneros Gueorgui Glushkov y Fernando Martín sin pasar por la NCAA en los años 80. Europa escribe la historia de la NBA. Y Jokic, con su soberbia sencillez, ya puja por el número uno del Viejo Continente.