Oros a pares

La vela es ese deporte que (casi) siempre gana medalla olímpica cada cuatro años. Y el resto del tiempo, ¿qué? Pues también colecciona éxitos, aunque con menos alcance público que durante el periodo de los Juegos, cuando todo el país, y el mundo entero, vira su mirada hacia el medallero polideportivo. Ayer fue un buen ejemplo, con dos brillantes oros mundiales en las clases 49er y 49erFX, ambas olímpicas, a cargo de Diego Botín y Florian Trittel, por un lado, y Paula Barceló y María Cantero, por otro. Dos títulos con historias muy diferentes, pero unidos entre sí por la tradición navegante de España y por el buen hacer técnico de la Federación en el CEAR de Santander, un centro de alto rendimiento específico que actualmente se somete a una importante inversión de remodelación para continuar en la proa de la modernización.

En las últimas 13 ediciones de los Juegos, la vela española solo ha faltado al podio en dos ocasiones, Sídney 2000 y Río 2016. Y si bien ha perdido el liderazgo de los deportes españoles, tras el sorpasso del piragüismo en la última cita, 23 medallas contra 22, sigue siendo un seguro en las aspiraciones deportivas del país. El último baño de oro en aguas de Cagliari apunta ya a la meta de Los Ángeles 2028. La pareja Botín-Trittel volvió a competir junta en estos Campeonatos, después de su reluciente oro en París 2024, y demostró que sigue manteniendo una óptima conexión. Solo les faltaba el Mundial para completar la Triple Corona. Ya es suya. El caso de Barceló y Cantero era distinto, porque la primera cambiaba de compañera tras la retirada olímpica de Tamara Echegoyen, con la que fue oro mundial en 2020. Su primera competición internacional con María no ha podido resultar mejor. Una ventana abierta al futuro. Gran presagio.

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