¡Oh, capitán, mi capitán! ¡Oh, Koke!
En el día de la Araña, otro, Koke volvió a dar una lección de fútbol y entrega, clave para la victoria del Atlético.


Esto es una oda a un capitán. Esto es un aplauso a un hombre de 33 años que no deja de ser sostén. Y da igual qué diga el calendario, el tiempo que pasa. Eso es una carta abierta a uno de los hombres más importantes de la historia del Atleti. Don Jorge Resurrección Merodio. Le llaman Koke. El jugador que más lleva por siempre en el Atleti, cerca de los 700, dio otra lección de fútbol. Fue un partido en el que, como su capitán, el equipo del Cholo llevó a la hierba lo que decía el tifo. “Un mito, una fe”. En una fiesta.
Noticias relacionadas
Koke salió con su metrónomo y cómo se nota. Se adelantó el Atleti, en un cabezazo de Le Normand un año después del derbi de aquel con Tchouameni que le provocó el edema tras el que nunca ha sido el mismo. Sorloth desesperaba, siempre dos segundos tarde. La vieja solidez llena de goteras. Los guantes de Oblak que no tapan como antes y, en dos errores, el Madrid ya por delante. Pero con Koke en el campo no hay imposible. Cuando antes del descanso Sorloth hacía el empate fue el primero en felicitarle. También Julián. Le tocaba. Había despertado ante el Rayo para amargar a otro vecino. De penalti volvió a poner por delante al Atleti, sin toques de más. El siguiente picotazo fue de falta. 4-2. El Madrid invicto caía ante el equipo que mejor le compite. Con Grizi marcando de nuevo. Y cerrar la manita. Ese marcador que puede ser más que tres puntos. Suturar la herida del inicio de una vez. Mientras el francés se arrancaba el tapón. Cómo corrieron todos a abrazarle. El primero, el capitán. Oh.
¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí






Rellene su nombre y apellidos para comentar