Ser el primero en llegar a una fiesta, tan habituales en estas fechas, no te convierte en protagonista de la misma. Uno puede sorprender con su presencia cuando ya están todos los invitados en los primeros compases del festejo. O puede ser la estrella de la velada por todo lo que consiga en ella. Y algo así podemos decir que le sucede al motociclismo español. No fue el primero en aparecer, tardó con aquella victoria de Salvador Cañellas en 1968 en Montjuic cuando las carreras de motos parecían algo reservado a los italianos, británicos y en menor medida a australianos y neozelandeses.

Pero allí se plantó España y empezó a deslumbrar con Ángel Nieto, El Maestro que se codeó con quien acaparaba los focos, Giacomo Agostini. Italiano, como no puede ser de otra manera, no pueden faltar en las farras. Desde entonces España creció y ha sido protagonista, con Jorge Martínez ‘Aspar’, con Sito Pons, con Álex Crivillé, que nos abrió de par en par las puertas de las motos grandes, y con tantos otros. Y como nos gustan la jaranas grandes, se apuntaron Lorenzo, Márquez y Mir, que nos hicieron ser los dueños del mundo en MotoGP. Ahora está de moda Italia, si es que alguna vez ha dejado de estarlo. Pero el motociclismo español tiene ganas de más juerga. Y en eso, España sí que sabe y está de moda. Que siga la fiesta.

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