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No ha sido bien resuelto

Luis Enrique, ni siquiera después del fracaso, asumió ninguna crítica. A la primera pregunta que se le hizo en la rueda de prensa, después de caer eliminados por Marruecos, despreciando la opinión del periodista, contestó con su soberbia habitual: “No sé si has estado en el partido ¿Has estado en el partido? ¿Sí? ¿Y qué, estabas de espaldas al partido?”. En el fútbol se pasa de: “Lucho eres el más grande”, tras la goleada a Costa Rica (rica, pero blandita), a “Lucho, eres el peor, vete ya”, después de la derrota contra Japón, y de no marcar ni al arco iris contra Marruecos. Pero el descontento no ha sido a toro pasado, se le ha dicho de todo y por su orden antes del Mundial. Es una antigualla y un tópico, que perjudica a los genios como Luis Enrique, que lo importante sea ganar. Es injusto y va contra su “idea futbolística”. Hay que cambiar lo de ganar, que repetía Luis Aragonés y decir que en el fútbol hay que tocar y tocar y tocar y volver a tocar.

Luis Enrique tampoco está de acuerdo con ese otro tópico de que para ganar hay que meter goles, por eso no convocó a ninguno de los máximos goleadores españoles de esta Liga: Borja Iglesias, Aspas, Joselu y Brais Méndez. Lo de Aspas es aún más injusto. No es solo el segundo máximo goleador esta temporada, es el futbolista español que más goles ha marcado en los últimos cinco años. Que el último gol que España ha marcado a Marruecos, después de haber jugado en Qatar más de 120 minutos contra ellos y lanzado tres penaltis, siga siendo el de Aspas en el Mundial de Rusia y que valió para clasificarnos primeros en la fase de grupos, parece un conjuro de las meigas gallegas.

El ya exseleccionador quiso innovar y confundir (a los nuestros), colocando a futbolistas en demarcaciones que no son la suyas, dejando en el banquillo a los habituales en esas posiciones. Ni estaban todos los que son, ni son todos los que estaban. Al esperpento también contribuyó el presidente de la Federación Española, accediendo al capricho de Luis Enrique de cambiar el tradicional color azul del pantalón de nuestra Selección por uno rojo, más del gusto de Lucho. Sabiendo que somos mejores que Marruecos, para muchos aficionados el desenlace de nuestro camino en el Mundial no ha sido bien resuelto, por eso nos duele más.