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Neymar, material sensible en Can Barça

División. Como ya es conocido que el Barça vive en un debate diario, la posibilidad (veremos si finalmente real) de que Neymar regrese ha encendido a los dos bandos. El socio más purista lo considera una traición a los principios del club. Neymar huyó a París porque le calentaron la cabeza los que no le querían a la sombra de Messi y luego se metió en una maraña de pleitos legales con la directiva de Bartomeu que afearon lo que podría haber sido una legítima aspiración deportiva. En el Barça no podía ser el número uno y eso lo supo justo después de jugar un partido memorable contra el PSG en el 6-1 y encontrarse a la mañana siguiente todas las portadas de los periódicos con una foto icónica de Messi subido a una valla que el club convirtió inoportunamente en lona gigante a la entrada de las instalaciones del Camp Nou cuando quien lo merecía, al menos ese día, era el brasileño. Hay otro sector, que tiene que ver más con el perfil global del Barça, que no se pone tan estupendo con su comportamiento. Y recuerda con razón que sin él se perdió alegría.

Actores. Si es por números, Neymar es indiscutible. En 173 partidos con el PSG, ha marcado 118 goles y ha dado 77 asistencias; en 186 con el Barça, hizo 105 y 76. Y con Brasil suma 77 tantos y 56 últimos pases en 124 partidos. El paquete de Neymar, sin embargo, incluye alguna lesión importante cada temporada y un ruido social ensordecedor que los años no han aplacado. En frío, su fichaje parece a destiempo. Como Ronaldinho, empezó a gastarse con 26 años y, camino de los 32, ni siquiera es una petición expresa del entrenador. Cuando el club le ha comunicado a Xavi que el jugador se estaba ofreciendo, no lo ha puesto entre sus prioridades. Pero ahí es donde entra en escena Laporta, buen amigo de Pini Zahavi, el intermediario que en su día lo llevó al PSG y que podría terminar resultando decisivo en su regreso. Algunos miembros de la directiva entre los que se incluye el presidente creen que sólo un fichaje como Neymar puede subir gente a Montjuïc. Y como es un entusiasta, Laporta también considera que es capaz de recuperar ética de trabajo en Barcelona y darle al equipo un extra de talento para ganar la Champions. Algo de eso ha debido transmitir en el vestuario, porque Sergi Roberto, como capitán, se ha posicionado (“Sí a Neymar”), en una frase que seguramente no le haya hecho gracia a Xavi, que teme que el flirteo con Neymar se alargue y distraiga al club de otras necesidades. Crispación y rechazo contra ilusión desbordante. El Barça, siempre tan vivo y siempre en debate.