Nairo vuelve en el centenario
Telefónica ha estado siempre en nuestras vidas. De una manera o de otra. Pero admito que nunca tan presente como esta semana, al menos en la mía. La cosa empezó el lunes con el patrocinio de los Premios AS. Muchas gracias. Pero la temperatura subió realmente al día siguiente, cuando el Consejo de Ministros aprobó la compra por parte del Estado de un 10% de la empresa. Con la noticia convertida en tendencia en las redes sociales, y el runrún en los corrillos, descubrimos durante la presentación de La Vuelta que la compañía de comunicaciones también tendrá un protagonismo grande en el próximo recorrido, como salida y meta de la última jornada, una contrarreloj de 21 kilómetros que podría decantar la clasificación en Madrid. La etapa saldrá del Distrito de Telefónica, símbolo de modernidad, y desembocará en el edificio de Gran Vía 28, símbolo de su historia. Un despliegue que rinde tributo a los 100 años que cumplirá en 2024.
Con ese decorado de fondo, este jueves se presentó el Movistar Team, también con guiños al pasado, como los homenajes a Van Vleuten, la mujer que lo ganó todo, y Rojas y Erviti, los hombres que ayudaron a ganar mucho. El interés, sin embargo, se centró en el regreso del hijo pródigo, la vuelta a casa de un mito, Nairo Quintana, tras un periplo de cuatro años fuera del hogar, uno de ellos en blanco. Nairo coincidirá por primera vez con Enric Mas, que mantiene los galones de líder tras el fichaje fallido de Carlos Rodríguez. El colombiano correrá el Giro. El español, el Tour. Y ambos unirán fuerzas en La Vuelta. Este Nairo es diferente al que se marchó: “Me tengo que reencontrar”. Pero conserva el lema que tanto se repitió en los discursos: “Llevo grabada la ‘M’ de Movistar en el corazón”. Con un potencial menor al de otros años, y con un elenco de rivales crecido, esa es la filosofía del equipo para afrontar el centenario. El corazón. Y la historia.