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Modric es el punto flaco de Ancelotti

Carlo Ancelotti es un grandísimo entrenador que no quiere problemas. Como todos los técnicos que antes han sido futbolistas, su punto débil es mandar al banquillo a los que le han dado títulos. Modric es el punto flaco de Carletto. Todos los madridistas adoran al croata y le agradecen los servicios prestados. Pero Vallecas no es un campo para Modric, que jugó por la simple razón de que no lo hizo en Leipzig. Una mala cara al míster y, ¡zas!, titular.

Kroos fue suplente porque no caben todos. Al alemán se le ven menos las costuras que a Modric. Porque Toni se defiende con el pase, con los desplazamientos de balón, pero Luka destaca por la conducción y la asociación. Para lo de Kroos no hace tanta falta el físico, pero sí para lo de Modric. Por eso ante un rival como el Rayo, que en su estadio es dinámico y desborda energía, se notan más las carencias atléticas. Además, el problema lo tendrá ahora con Ceballos, que quizás era el relevo que pedía el partido más allá de las jerarquías.

En general, las dos cosas que jamás acepta un futbolista son la suplencia y la retirada, que suelen ir seguidas. Ningún jugador del nivelazo de Modric siente que el banquillo sea su lugar. Ni con 38 años. Nunca. Para su entrenador jugadores así son una patata caliente. Hay que darles su lugar para no poner en riesgo el ecosistema del vestuario, pero a la vez hay que ganar los partidos. No es un problema fácil, porque puede acabar pudriéndose. Y Modric merece dejar el Madrid por la puerta grande. Por eso, ahora Ancelotti tiene sólo una opción: elegir bien los partidos para Modric, que puede ser muy útil en el los minutos decisivos del tramo final de temporada. Esa será su mejor baza para salir en junio del Real Madrid como una leyenda.

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