Menos quejas y más fútbol
Hay que hablar del 2-1. Es cierto que el empujón de Fermín sobre Kim es leve, pero desplaza al central surcoreano lo suficiente como para que no pueda despejar el cuero y siga la jugada que termina en tanto de Lewandowski. El enfado de los muniqueses con el colegiado fue más que comprensible y, una vez más, no se entiende por qué, teniendo en cuenta la trascendencia de la mini-infracción del futbolista blaugrana, no acude al monitor para revisar la jugada con detenimiento. Independientemente de ello, pocos argumentos le quedan al Bayern, sobre todo a su defensa, cuando termina comiéndose cuatro goles y le permite a su rival meterse con tantísima facilidad en la cocina de Neuer. Este Bayern tiene mucho potencial arriba, pero muchísimas más carencias atrás.
Y la cosa comienza a ponerse seria en la Champions. Cabe recordar que el hexacampeón de Europa también cayó derrotado ante el Aston Villa, por lo que terminará la tercera jornada de la reformada máxima competición continental con tan solo tres puntos en su casillero y en vigesimotercera posición de la tabla. Por muy bien que le vayan las cosas en la Bundesliga, donde lidera la clasificación igualado a puntos con el Leipzig, la Champions está volviendo a poner en su sitio a un equipo al que se le siguen viendo las costuras en defensa. Le queda mucho trabajo a Kompany. Que haya sido Flick el que lo haya demostrado esta vez, duele aún más.