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La afición del Real Madrid es exigente e impaciente. El inicio de esta temporada, con esos dos empates en las tres primeras jornadas de Liga y con la victoria del principal adversario, el Barça, en sus primeros cuatro partidos, han acrecentado las inquietudes. Muchos siguen hablando de los que se fueron, eso es el pasado, y no recuerdan, cuando comparan con la temporada anterior, la excepcional racha goleadora de Bellingham al comienzo de la Liga, que dio muchos puntos al equipo. Si hablamos del presente, además de al inglés también se echa de menos a Camavinga.

Kylian Mbappé es un grandísimo futbolista, uno de los mejores del mundo, y su fichaje es un gran acierto que aportará, sin ninguna duda, mucho al equipo. En los primeros partidos de blanco ha jugado de delantero centro en un 4-3-3, acompañado arriba por Vinicius y Rodrygo, ambos creando poco peligro y lejos de su mejor versión. Puede jugar, y muy bien, en ese puesto por la gran calidad que tiene, su poderío físico y la pegada con ambas piernas. A la pregunta que se hacen los aficionados y en muchos medios de comunicación de cuál es la posición donde debe jugar el francés, la respuesta solo corresponde a Ancelotti, que estoy seguro de que no solo valora lo que puede rendir él, en una u otra posición, sino también lo que aportarían los demás en función de dónde se sitúe Mbappé. Lo importante es obtener el mayor rendimiento del equipo. En una temporada con tantos partidos en la que, además de por decisión técnica de los que juegan y dónde juegan, habrá rotaciones por lesiones, sanciones, necesidad de dar descanso a futbolistas, etc. Tampoco el dibujo del equipo será siempre el mismo.

En partidos en los que el Madrid juegue con dos delanteros, como en los primeros veinte minutos en San Sebastián, Mbappé tendrá más libertad de movimientos. También le veremos jugando por la izquierda, a priori su mejor posición, y situándose de delantero centro, Endrick u otro compañero. Habrá tiempo para diferentes planteamientos. Esto no ha hecho más que empezar. El Madrid no jugó bien contra una Real con muchas bajas, pero dos penaltis innecesarios y tres palos en la portería de Courtois le dieron la victoria.

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