Más sobre João Félix y Cholo Simeone
Helenio Herrera-Kubala, Weisweiler-Cruyff, Clemente-Sarabia, Mourinho-Casillas… Los choques entrenador-figura del equipo son un clásico del fútbol, que vive estos días un episodio nuevo con el Cholo y João Félix de protagonistas. Hasta no hace mucho un problema de consumo interno del Atlético, ha saltado al plano nacional con la cesión del jugador al Barça y su papel protagónico en el viceclásico, del que salió por la puerta grande. Repudiado por Simeone a despecho de la fuerte inversión que supuso para el club, pinchó el curso pasado en el Chelsea; en este, no terminaba de romper en el Barça, pero el domingo jugó como un grande.
No dejó muchos amigos en el Atleti, se conoce, porque casi ninguno se aguantó las ganas de sacudirle cuando le tuvo cerca. Sufrió hasta un ‘penalti residual’, último invento del CTA, que estima que no lo hay si la patada llega cuando el atacante ya ha rematado. Embarcado en esa persecución, el Atlético perdió de vista el objetivo principal, que era jugar bien para ganar un partido muy importante. Fuese por complacer a su entrenador, que en su pugna con João Félix llegó a sufrir las únicas, aunque no unánimes, críticas serias hacia su gestión, o fuese de grado propio, el caso es que se olvidaron de jugar como saben.
Y eso elevó a João Félix, que transformó en positivo la tensión de los días previos. Aguantó tarascadas, jugó y marcó, celebrándolo, cómo no, según correspondía a la importancia de ese gol. Jugó como un ‘crack’. ¿Lo es? Hasta ahora le venía viendo más un futbolista de grandes jugadas que de grandes partidos. Supongo que lo mismo le pasaba al Cholo, de ahí el problema. Esta vez fue lo segundo, pero ¿basta con eso? Es el primer partido redondo que hace en el Barça, y se entiende que porque le movilizó una motivación especial. Pero ser un futbolista grande requiere hacer partidos así con cierta frecuencia, y eso aún no lo hemos visto.
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