Manual de resistencia
Cuando el Bayern remontó marcando dos goles en cinco minutos, llevado en volandas por su público, a cualquier equipo le habrían temblado las piernas y se hubiera dejado ir por el sumidero. Era un momento de incertidumbre, con los alemanes apretando y Carletto levantando la ceja, que podía llevar la eliminatoria a un punto peligroso por mucho que quedase la vuelta en el Bernabéu. Pero ahí, de nuevo, salió el manual de resistencia blanco que los de Ancelotti han estudiado esta temporada, una guía para sobrevivir en los momentos difíciles que aplican como nadie.
Primero, transmitir tranquilidad, nada de nervios ni malas caras ni gestos de alarma. Luego, confianza en el plan que los ha llevado a perder sólo un partido en 90 minutos, allá por el mes de septiembre. Y, finalmente, la seguridad de que en el banquillo hay compañeros que pueden salir para cambiar dinámicas y sorprender. No todos los equipos pueden tirar de Camavinga para suministrar gasolina súper, o de Modric para poner inteligencia, o de Brahim para meter chispa. La unidad B del Madrid ha experimentado una mejoría impresionante en los últimos años y parece que el club tiene la intención de que siga esa progresión. En el nuevo prospecto blanco la resistencia es esencial, y está fundamentada en una plantilla descomunal que supera todas las adversidades.