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Los reproches a otra ventanilla

No hubo reproches de Ancelotti al juego del Madrid contra el Betis, con razón. Se midieron dos equipos generosos, bien trazados y dirigidos. Se asistió a duelos magníficos -Rodrygo aterrorizó a Ruibal, pero el lateral bético respondió con un remate sensacional en el gol del empate-, Bellingham volvió a marcar y dejó momentos deslumbrantes, Isco y Ayoze confirmaron una vez más el acierto de sus fichajes, Kroos y Modric mezclaron de maravilla mientras permanecieron en el campo, Lunin respondió con empaque de buen portero y el partido siempre discurrió en el alambre. Un partido en toda regla, no apto para reproches.

Durante una hora, el Real Madrid jugó con soltura, dinamismo y numerosas soluciones tácticas. Predominó la versatilidad. Los jugadores se desplazaban por las posiciones con una fluidez reseñable, especialmente Brahim, Modric y Bellingham, que convertían el sistema en lo que ellos querían. Brahim ocupaba la punta derecha del ataque, se trasladaba a la media punta o se retrasaba hasta el medio campo. Algo parecido ocurría con Modric y Bellingham ejercía de Bellingham, fuera y dentro del área.

Al Betis no le faltaron méritos. Sufrió durante el primer tiempo y un buen rato del segundo, sin descomponerse nunca. Ni en sus momentos más críticos dejó de avisar. Pellegrini sabe encajar perfectamente a los jugadores en los equipos. Una de sus mayores cualidades es su capacidad para obtener el máximo rendimiento de futbolistas que no estaban probados, jugaban en otras posiciones, se les minusvaloraba o estaban desacreditados.

Pellegrini siempre encuentra sitio al talento. Marc Roca ha atravesado por tres temporadas intrascendentes en el Bayern y el Leeds United. En el Betis ha recuperado el nivel que alcanzó en el Espanyol. Isco ha recuperado el deseo de jugar y disfrutar en el campo, cuando se le consideraba perdido para la causa. Pellegrini no le saca del equipo ni a palos. Ayoze es uno de los delanteros más finos y astutos del fútbol español. Está claro que no recibe la atención mediática que merece. Después de su paso por el Newcastle y el Leicester, Ayoze se siente feliz en el Betis.

El Betis, en definitiva, es un equipo notable y en su campo especialmente competitivo. Nadie ha ganado en el Villamarín esta temporada. Esta temporada se han visto magníficos partidos en la Liga española, no sólo a cargo de los habituales aspirantes al título, sino de equipos como el Girona, Real Sociedad, Betis, Las Palmas y el Athletic en las últimas semanas. Partidos tan exigentes y muchas veces tan atractivos o más que en la célebre Premier League, donde el producto se vende de maravilla, con lazo y celofán, aunque la realidad de muchos de sus encuentros sea muy diferente.

En la Liga española se ha instalado un pesimismo injusto. No sobra el dinero, llegan estrellas con cuentagotas, las tensiones entre el Real Madrid y la Liga perturban el ambiente y se mira a Inglaterra con envidia o con nostalgia a la época Messi-Cristiano. Es un fatalismo que la realidad contradice. En la cabecera de la clasificación se asiste a una intensa pugna entre cuatro equipos. Tres de ellos -Real Madrid, Atlético de Madrid y Barça- se han clasificado para los octavos de final de la Liga de Campeones. Otro, la Real Sociedad, ha ofrecido recitales contra el Inter y el Benfica, además de pasar de ronda. En la Liga, el Girona y la UD Las Palmas juegan a lo grande.

Ancelotti puede preguntarse por algunas decisiones -Ceballos sustituyó a Modric y no funcionó, Nico Paz añadió poco…- y Pellegrini sin duda se lamentó de la oportunidad perdida por Isco en el precioso cabezazo que se estrelló en el poste, minutos finales de un Madrid desinflado. No cabían los reproches, sin embargo. Fue un partido de altos vuelos.

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