Lo que no ha sido hoy, será mañana

En días así, uno termina la etapa con pena. Estábamos viendo en fuga a un chico de 21 años, con mucha ambición, con muchas opciones de ganar, después de atacar... De repente, se fue al suelo. Y nosotros con él. Porque Iván Romeo trasmite mucho y porque se merecía esa victoria que tanto ha perseguido estas semanas. Es lo único que le ha faltado en su primer Tour de Francia, que es de sobresaliente. La caída no empaña su valentía y todo lo que ya se ha ganado dentro del pelotón: como se vio durante la etapa, todos saben que es un chico al que no se le pueden dar ni 10 segundos. Porque ya no le pillas.

A Romeo, yo le conozco desde una vuelta juvenil en Talavera. Ya entonces, me transmitió que tenía la cabeza muy bien amueblada. Prometía antes del Tour y las expectativas se han cumplido con creces. Hay un cambio generacional en el ciclismo español y él va a ser uno de los que nos dé muchas alegrías. Lo que no ha sido hoy, será mañana. De momento, ojalá pueda llegar a París encima de la bici. Terminar el primer Tour siempre es especial y se lo merece. Además, en una llegada a los Campos Elíseos muy especial, que promete emociones fuertes. Pese a las palabras de Pogacar, creo que lo va a intentar. Es un corredor que se mueve por retos. Ganar de amarillo en París es uno de ellos.

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