Lluvia, lágrimas, epopeya en París
Impacto. Pocas semanas después de haber visto a Francia al borde de un oscuro abismo político y social, París celebró la vida el viernes con una ceremonia en la que hubo historia, inclusión, lágrimas, mensaje y epopeya final. Los parisinos se levantaron ayer orgullosos de su condición, conscientes de haber vivido una noche rompedora. Una aventura por el Sena que pasará de generación en generación. Thomas Jolly y Thierry Reboul, los creadores, fueron audaces y arriesgaron con el beneplácito del Comité Organizador. Merecen un aplauso, porque la apuesta, poco convencional y alejada del clasicismo olímpico, resultó un éxito rotundo pese a que eso le haya costado a la ciudad vivir una semana en estado de sitio. Las nubes impidieron ver caer el sol sobre París, en una estampa que también hubiese resultado legendaria, pero en cuanto llegó la noche, los juegos de luz en la Torre Eiffel lo llenaron. París fue un monumento con vida que dio lo mejor de sí; y envió los mensajes necesarios. Aya Nakamura acompañada de la Guardia Republicana en la Academia Francesa. Zidane, en Trocadero. Nadia Comaneci, Carl Lewis, Rafa Nadal y Serena Williams, al abordaje del pebetero con la antorcha. Y luego, el trote solemne de Mauresmo y Tony Parker por las Tullerías hasta que Teddy Riner y Marie-Jose Perec confirmaron que, efectivamente, son los Juegos de la paridad: 5.250 mujeres, los mismos hombres.
Emoción. L’ Himne a l’amour en la voz de Celine Dion, allí arriba de la Torre Eiffel, resultó de un impacto brutal. Una ciudad entera y medio mundo escuchando ese tributo a Édith Piaf. Francia, contradictoria, tiene un himno que es un canto a las armas, pero también La Ilustración, La Enciclopedia y el mestizaje, que se reflejó con maestría en la ceremonia sin pecar de estridencia. La genialidad final fue el globo aerostático, que sobrevolará París estas dos semanas olímpicas. Las lágrimas de Daphné Burki, periodista y estilista que rompió a llorar delante de millones de telespectadores en el estudio de France 2 cuando la canadiense terminó su actuación, simbolizaron muy bien la emoción que la ceremonia generó en los franceses. El presidente del Comité Organizador, Tony Estanguet, primer francés en ganar tres medallas de oro en distintos Juegos, se felicitaba ayer de haber podido con todo, hasta con un sabotaje ferroviario que amenazó con aguarle el día uno a París 2024. Pero no lo hizo ni la lluvia. Después de semanas oscuras, Francia renació. Los Juegos de la XXXIII Olimpiada están en marcha. La máxima explosión del deporte.
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