Lewandowski cambia la cara al Barça
El mercado de nuestro fútbol, que anda algo menos activo de lo que la afición quisiera por varias causas, entre las que destaca el diferente trato del fisco al fútbol en los países de las cinco grandes ligas (tema sobre el que he de volver), se ha animado con el fichaje de Lewandowski por el Barça. Laporta, combinando eso que Valdano denominó como ‘optimismo de acero’ con la capacidad de Mateo Alemany para moverse en el mercado, ha conseguido cobrarse la pieza mayor. El Bayern ha dejado claro que no le ha sentado nada bien la salida de su veterano goleador, lo que le añade una gracia extra al asunto. El Bayern no cae bien a casi nadie en este país.
Cierto que tiene 33 años, pero eso va teniendo menos importancia según pasa el tiempo, sólo hay que mirar a Benzema. Su llegada, además, ha venido acompañada de la de Raphinha y de la renovación de Dembélé, que se avino a razones una vez comprobado que, para su sorpresa, no había tortas por su fichaje entre los grandes de Europa. Ayer comenté con un amigo culé los penosos ataques que tuvo que componer Xavi en sus primeros partidos; entre lesiones y mandangas se tuvo que apoyar en los Jutglà, Abde e Ilias. Griezmann se había ido por De Jong, Agüero fue inhabilitado por la medicina, Coutinho se marchó comprobada su inutilidad.
Memphis era lo más solvente en el ataque. A partir de ahora, entre la operación de invierno y la de ahora, Xavi puede formar dos ataques muy apreciables: Raphinha-Lewandowski-Ansu Fati (confiemos en que se cure por fin) y Dembélé-Aubameyang-Ferran Torres; más la media de la Selección, Gavi-Busquets-Pedri y una defensa en la que al menos ya no está Lenglet, aquella insana fábrica de penaltis. Pinta bien… a menos que todo resulte un castillo en el aire. Laporta aún sigue buscando dos ‘palancas’ para inscribirlos en LaLiga y una de ellas es De Jong, que de momento no está por la labor…