Las prórrogas van contra la salud y contra el espectáculo

Estamos viendo que cada vez hay más partidos, que cada vez salen más competiciones y que exprimimos a los jugadores hasta que algunos acaban exhaustos y otros, desgraciadamente, lesionados. Vivimos tiempos en que los dirigentes quieren exprimir al máximo la vaca y los jugadores no son capaces de unirse para decir basta ya, porque sus sueldos generalmente van ligados a esa misma exigencia. Entramos en un círculo vicioso del que es difícil de salir.

Creo que es el momento de intentar quitar minutos de las piernas a los jugadores y empezar a cuidar su salud. En un torneo corto, con pocos días de recuperación, un equipo puede jugar hasta tres prórrogas seguidas, lo que equivale a un partido completo más. En mi opinión, y ya se hace en otros torneos, una solución sería abolir las prórrogas. Ya hay 90 minutos para ganar el partido.

Si llevamos el asunto a nivel de clubes, con el cambio extra en la prórroga, los más poderosos, al tener mayor poder adquisitivo, pueden confeccionar plantillas mejores, por lo que siempre van a partir con cierta ventaja al hacer sustituciones de más calidad.

No nos olvidemos de que este gran circo lo sostienen los futbolistas. Así que hay que empezar a pensar en cómo pueden llegar lo más frescos posible para que den un buen espectáculo. Prefiero la belleza de un esprint o de un regate a los calambres o las carreras agónicas, que serán épicas, pero no saludables.

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