Laporta, todo esto se te ha olvidado
Laporta, en un ejercicio delirante con una presunta introspección histórica no basada en hechos reales para justificar el escándalo Negreira, tuvo una serie de olvidos que conviene aclarar sobre esas décadas en las que según él el Madrid era el equipo del régimen. Querido Joan, quizá olvidaste entre tus apuntes que los primeros catorce años del régimen franquista tu querido Barça fue el rey de reyes ganando cinco Ligas, seguido del Atlético con cuatro (los primeros años se llamaba Atlético Aviación por pertenecer al ejército de Franco), tres el Valencia, una el Sevilla y una del Athletic. Curiosamente, el Madrid de Bernabéu al que según tú tanto admiraba el franquismo no ganó ni una... Es más, en la República tu Barça no ganó ninguna Liga y el Madrid dos. Quizá eso permita entender el cariño que Franco os dio durante sus 40 años en el poder. Quizá también se te ha olvidado Joan que la final de Copa del Generalísimo de 1951, tras golear a la Real Sociedad en el Bernabéu, vuestro presidente Agustí Montal le regaló en el palco su propia insignia de oro y brillantes del Barça y se la puso en la solapa al caudillo. También no habrás olvidado que tuvo tres audiencias el Barça en el Palacio del Pardo por parte de Franco en la que le obsequiasteis con otra insignia de oro y brillantes y dos medallas. También en 1971, en una de esas audiencias, la medalla de oro a Franco era para agradecerle el gran apoyo económico recibido para construir el Palau Blaugrana. Por cierto, Juan Gich, exgerente del Barça, fue nombrado nuevo delegado nacional de deportes para compensar a vuestro club por aquel penalti a Velázquez pitado por Guruceta en el Camp Nou. También el régimen os pagó 50 millones de las antiguas pesetas para sufagrar la construcción del pabellón de hockey hielo. Y no hace falta que te recuerde que el franquismo aprobó una recalificación del terreno de Les Corts y subvencionó con más de 200 millones de pesetas la construcción del Camp Nou, con la presencia en la inauguración de los principales ministros de Franco y un cariño indisimulado y agradecido de la institución al dictador. Y como ya escribió en uno de sus libros Alfredo Relaño si hizo algo el régimen de Franco fue mover sus hilos con la Federación para ayudar al Barça al fichaje de Kubala cuando todo apuntaba a que era una operación de difícil cumplimiento. Franco, por cierto, nunca asistió a los partidos de Copa de Europa del Madrid en la gloriosa época de los cinco títulos seguidos y su única presencia fue en la final de 1957 ante la Fiorentina al estar obligado a asistir como Jefe de Estado del país anfitrión. Y no olvides que Bernabéu echó del palco de Chamartín al jefe de la Legión, Millán Astray, por sobrepasarse con una señora, consiguiendo que éste le retase a duelo a muerte. Digamos que para ser el Madrid el equipo del régimen franquista el caudillo disimulaba bastante...
Y en la recta final del siglo pasado, con la Democracia ya asentada, el Madrid de la Quinta del Buitre sufrió dos arbitrajes escandalosos en Tenerife, que le costaron dos títulos de Liga que, vaya por Dios, fueron a parar a las vitrinas del Camp Nou. Además, con un sol radiante, por lo que imagino lo que habría dicho Xavi en aquel momento. En 1992, curiosamente en el mismo año que se celebraron los Juegos Olímpicos de Barcelona, el gallego García de Loza dinamitó las posibilidades de que los blancos se alzasen con el título al anular un gol legal de Milla (estaba un metro en posición correcta) que hubiese supuesto el definitivo 1-3. Llama la atención que el linier que levantó la bandera, Puentes Leira, posteriormente recibiese como premio estar durante bastantes años dentro del Comité de Designación Arbitral. Eran las primeras huellas evidentes del famoso ‘Villarato’. En 1993, se repitió escenario, rival y climatología. El aragonés Gracia Redondo tuvo la osadía de no pitar tres claros penaltis en la primera parte al equipo de Benito Floro. Dos cometidos sobre Zamorano y uno último tras una mano clamorosa de Chano que evitó que un cabezazo de Fernando Hierro acabase en gol. Dos ligas menos en Canarias...
Y si nos ponemos en lo que va de siglo XXI es increíble que Laporta tenga queja del estamento arbitral, sobre todo desde que en 2004 cambió su voto en las elecciones a la presidencia de la RFEF otorgándoselo a Ángel María Villar por consejo directo de Joan Gaspart y dejando tirados a Florentino y al resto de clubes con la candidatura de Gerardo González.
A partir de ahí, que casualidad, el Barça puso fin a una sequía de cuatro años sin títulos y empezó a ganar ligas con una asiduidad asombrosa. De esta etapa, en la que Negreira cobraba suculentas cantidades por unos presuntos informes arbitrales, el Barça alcanzó el todavía vigente récord de penaltis a favor en una sola Liga (¡19!). Solo le pitaron uno en contra, mientras que al Madrid le pitaron diez menos (9) y cuatro en contra. Esa Liga la ganó el Barça por la exigua diferencia de un punto (91 a 90), por lo que es fácil colegir que aquello resultó determinante. Es más, en esos años convulsos del Negreirato, el Barça se pasó 76 jornadas sin que le pitasen un penalti en contra (el equivalente a dos Ligas enteras) y en 57 jornadas seguidas no vio una sola tarjeta roja. Insisto, que para ser el Madrid el equipo del poder, qué manera más torpe de disimular...
Hoy mismo, sin ir más lejos, he leído en AS.com el balance de la presente Liga con o sin VAR. Con la herramienta de la pantallita, el Barça le saca once puntos al Madrid, pero sin el VAR el Madrid sería líder con dos puntos de ventaja sobre el equipo de Xavi. Qué casualidad que las intervenciones del VAR le hayan dado tantos puntos al Barça y le hayan quitado otros tantos al presunto equipo del poder. Así que, admirado Joan, la próxima vez es mejor que repases la historia de arriba a abajo y que te detengas en vuestra Copa del Generalísimo de 1968. De forma inaudita y sin precedentes en la historia del fútbol, el mismo colegiado, el balear Rigo, pitó la ida y la vuelta de la eliminatoria de cuartos entre el Athletic y el Barça, con sonoras quejas del equipo de San Mamés. No contento con que ello, la semifinal entre Atlético y Barcelona se la adjudicaron al tal Rigo, con un escándalo en el Camp Nou al señalar un penalti imaginario a favor de los azulgranas y anular un gol por un fuera de juego invisible a los rojiblancos. Para rizar el rizo, esa Federación tan presuntamente madridista puso para la final del Bernabéu entre el Madrid y el Barça puso otra vez al señor Rigo. Dejó de pitar dos penaltis sobre Serena y Amancio, dejó sin castigo una entrada tremenda de Gallego a Pirri que provocó la ruptura de la clavícula del ceutí y por supuesto acabó el Barça levantando esa Copa. Fue tal escándalo que el césped se llenó de botellas y por eso se la conoce para siempre como la ‘Final de las Botellas’. Y, para terminar, querido Joan, te pasó el CD del último Clásico liguero en el Camp Nou con el fuera de juego que el VAR ‘descubrió’ por el pelo de una gamba en el gol anulado a Asensio, mirando para otro lado en la agresión de Gavi a Ceballos sin balón y en permitir el gol del triunfo de Kessié pese a una aparatosa falta previa de Lewandowski a Carvajal. Está visto que ser el equipo del régimen es una losa difícil de soportar para el Madrid. Imagino que este es el fruto de vuestra bien pagada ‘neutralidad arbitral’...