Lamine Yamal hará subir gente a Montjuïc
Por primera vez en la historia el Espanyol tiene más abonados que el Barça, 24.311 frente a 17.064, y eso que los pericos están en Segunda. El culé tiene una pereza declarada a subir a la montaña de Montjuïc, por eso Laporta fabuló con Messi y Neymar como engañosos reclamos. Pero he aquí que de repente aparece un muchacho de 16 años con encanto y magia que puede lograrlo: Lamine Yamal, esa última perla de la base culé, que desde Pedri no para de ofrecernos apariciones importantes: Araújo, Gavi, Ansu Fati, Balde, Abde… Ahora llega este hijo de marroquí y guineana, nacido en Esplugas de Llobregat en julio de 2007 y crecido en Mataró.
Ya sé que se suele decir que hay que ir despacio con los chicos jóvenes, que ya se verá. Y ya sé que para ese puesto está Raphinha, titular con Brasil y un tipo con malas pulgas cuando no le ponen o le cambian. Soportó mal la competencia con Dembélé, soportará peor la de un chico de 16 años. Pero veo a Lamine muy atinado en su juego. Es un habilidoso con ciencia que elige bien cuándo entregar y cuándo arriesgar, y que cuando arriesga se va. Mejorará físicamente, pero con lo que tiene hasta ahora ya le vale, y en cuanto a talento, le sobra. Y es justo lo que hoy necesitaba el socio culé para subir a la montaña: un canterano nuevo e ilusionante.
Ya había otros, desde luego. Pero en Pedri empiezan a menudear las lesiones, Araújo (también lesionado ahora) al fin y al cabo es defensa como Balde, Ansu Fati voló en busca de minutos que le permitan volver, Gavi se empeña en romper más en guerrero que artista… Lamine llega con aire de estrella, pero sin aires de estrella. ¿Es pronto? De Boskov me quedó, entre otras muy conocidas, esta frase: “Jugador grande se ve pronto”. Lamine tiene talento, embrujo y ve portería. Es brillante. Ha desplazado a Gavi del trono de debutante más joven en la Selección, de la que también es el goleador más precoz, y con qué golazo. Está en línea de jugador grande.