La vendetta de Djokovic

Novak Djokovic firma récords en cada torneo que pisa. Esa es la grandeza de una leyenda activa que, a sus 36 años, suma y suma. Ni sus coetáneos, ni las nuevas perlas de futuro pueden frenarle. Y no será porque no lo intentan. Las ATP Finals las arrancó el domingo 12 con una victoria sobre Holger Rune que le confirmaba oficialmente como número uno de 2023, lo que a su vez hinchaba sus propias plusmarcas de más semanas al frente del circuito y más años acabando como líder mundial, y las terminó el domingo 19 como campeón por séptima vez tras batir a Jannik Sinner, con lo que desempata con Roger Federer al frente de los maestros históricos. Djokovic logró así su séptimo título de la temporada, que también le convierte en el más laureado del año, para rubricar un curso excepcional que incluye tres coronas de Grand Slam y dos de Masters 1.000.

Djokovic tumbó en la final al ídolo local, Sinner, que venía lanzado con una trayectoria impoluta que incluía una victoria sobre el propio Nole. Aquel martes, Jannik dejó herido al orgulloso campeón. Y dos jornadas después pudo darle la puntilla si hubiera perdido ante Rune. Pero el italiano ganó y dejó vivo a quien luego ha sido su verdugo, aunque quizá no merezca una colleja por ser deportivo y honesto. Novak superó por los pelos la primera fase, después de tres partidos a tres sets, pero cuando no rematas a un campeón de su talla, lo normal es que se crezca. Los apuros de entonces se transformaron en solvencia en sus dos siguientes choques. En semifinales venció a Carlos Alcaraz, el jugador que más dificultades le ha creado esta campaña. Y en la final se vengó de Sinner, el hombre que osó batirle cinco días antes, el tenista más en forma de la última recta. En Italia lo llaman vendetta. Si le dejas vivo, Nole no va a tener piedad.

Sigue el canal de Diario AS en WhatsApp, donde encontrarás todas las claves deportivas del día.