La sanción sin sanción de Márquez

El estruendoso accidente de Marc Márquez del pasado domingo alargó sus ecos al día siguiente. Al ruido provocado por su reconocido error, que se llevó por delante las aspiraciones de Miguel Oliveira y Jorge Martín en la primera cita de la temporada, se añadieron este lunes las secuelas de su acto. Márquez se sometió en Madrid a una operación de la fractura del primer metacarpiano de su mano derecha, que ha revelado daños más graves de los esperados, por lo que no podrá competir en la segunda reunión del Mundial. El piloto de Repsol Honda amplía así su lista negra de lesiones con otra ausencia en un gran premio. El año pasado se vio privado de disputar ocho carreras. En 2021 fueron cuatro. En 2020, trece. El calvario se eterniza.

Pero la notificación de su incomparecencia en Argentina no paró ahí, también trajo otra sorprendente consecuencia, que incluso va a motivar la revisión del reglamento. Marc fue sancionado con una doble ‘Long Lap Penalty’ por su maniobra irregular en Portimao, que se ha quedado sin efecto debido a su baja del próximo fin de semana. El dictamen del jurado especificaba que el castigo se reducía a Termas de Río Hondo, lo que genera un debate con dos caras. Hay quienes sostienen que la penalización debería cumplirse en la carrera de su reaparición, ya sea en Austin el 16 de abril o más adelante. Pero también suenan voces que justifican que el cero asegurado ya supone una expiación suficiente. Es cierto que en otros deportes, como pueda ser el fútbol, lo que se contabiliza legalmente es la ausencia en el siguiente partido, estés lesionado o sano. Pero, por otro lado, la cosa también recuerda a otros deportistas que cumplían sus inhabilitaciones, por ejemplo por dopaje, durante sus vacaciones. La defensa de cualquiera de los dos enfoques tiene sentido. En cualquier caso, con la lesión y el escarnio de estos días, Márquez está pagando con creces su pifia de Portugal.