La revolución es Campazzo
Una fea derrota por 3-0 ante tu eterno rival en la final de la ACB obliga a una reflexión de futuro. Ese es el broche que cierra la temporada. Sin embargo, si a esta imagen contraponemos el dato de que el derrotado ha conquistado la Euroliga hace sólo un mes, quizá la recomposición no deba ser tan grande. Ese es el dilema en el que se mueven en las oficinas del Real Madrid. Algo hay que cambiar, es evidente, pero sin romper la armonía. Y eso incluye la continuidad del técnico, Chus Mateo, tan criticado en algunos lances de la campaña, pero campeón de Europa y de la Supercopa. Ahí queda eso. La principal novedad en la que se trabaja es en el fichaje de un líder, en el retorno de Campazzo. Sin duda, un enorme salto de calidad en un puesto, el de base, donde no seguirá Williams-Goss. Las otras dos posiciones en las que se esperan refuerzos son para un escolta tirador, para un perfil del tipo Carroll, tan añorado, que no es tan fácil de encontrar en el mercado; y para un cuatro que sustituya a Randolph, otro histórico cuya salida se da por hecha, igual que la de Cornelie.
Otra incógnita sobre la que habrá que tomar decisiones es sobre la vieja guardia, sobre ese tridente de veteranos que tanta gloria ha dado al Madrid y al basket español. Lo cierto es que los tres, a su manera, han aparecido en momentos claves. Y cada caso es diferente. Sergio Rodríguez, que meditaba la retirada, podría animarse un año más tras su brillante recta final. Sergio Llull, el autor de la canasta milagrosa de Kaunas, tiene un curso más de contrato y ganas de cumplirlo. Y Rudy Fernández mira a los Juegos Olímpicos de París 2024 como final de fiesta, mientras pelea con su físico, cada vez más mermado, para seguir aportando energía en la cancha. Quizá sigan los tres, pero el final se ve cada vez más cerca. Tal vez dentro de un año. ¿Se aplazará la revolución a entonces?