La rasmia de Zaragoza
El Casademont, recién coronado en la Copa de la Reina, ha calado entre los aficionados, hasta el punto de que Aragón TV ha subido la audiencia con la ubicación de sus partidos en la matinal del domingo.
Hace unos días viajé a Zaragoza para participar en unas jornadas de igualdad y diversidad del Gobierno de Aragón. El taxista que me recogió en la estación de Delicias, como suele ser habitual, centró su conversación en el Real Zaragoza, un histórico del fútbol al que la ciudadanía anhela ver de nuevo en Primera División, su lugar natural. El equipo de la Romareda es una bandera de la ciudad. Sin embargo, según me adentré por sus calles y me relacioné con su gente, comprobé que el cultivo futbolero está dejando espacio a otras aficiones. El autobús que nos precedía en un semáforo anunciaba la Copa de la Reina de baloncesto en el Príncipe Felipe. Su anfitrión, el Casademont Zaragoza, ha calado entre los vecinos, hasta el punto de que Aragón TV ha subido valientemente la audiencia con la ubicación de sus partidos en la matinal del domingo.
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La capital maña siempre ha sido una meca del basket. Los más veteranos recordarán los dos títulos de Copa del Rey del CAI Zaragoza en los años 80, nombres legendarios como los de Kevin Magee, Mark Davis o los hermanos Arcega. En 1990 hubo doblete: ellos y ellas. Las mujeres, entonces como ADBF Zaragoza, conquistaron su único trofeo copero hasta el pasado domingo, cuando el Casademont logró la gesta de coronarse en casa, alentado por 10.800 espectadores y liderado por Helena Oma, frente al poderoso Perfumerías Avenida, el rey destronado del torneo.
En aquel éxito del siglo pasado brilló Pilar Valero, una pionera recientemente fallecida, oro con España en el Europeo de Perugia en 1993, a la que se rindió homenaje en el arranque de la Copa. Sus sucesoras han seguido con lucidez su estela. El próximo 13 de abril, Aragón TV celebrará el preestreno del documental Rasmia, en honor del emergente equipo femenino que ha encandilado a Zaragoza. La ‘rasmia’ es una palabra utilizada sobre todo en Aragón y Navarra, que la RAE define como “empuje y tesón para acometer y continuar una empresa”. Es la energía que ha aupado al baloncesto, que ha impulsado al deporte femenino… y la que necesita el fútbol para el retorno. En perfecta convivencia.
