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La paradoja de Lamine Yamal y Gavi

No todos los rivales serán Georgia y Chipre, pero España se ha redimido claramente en este parón de selecciones. La manera en la que se ganó en Granada replicó el guion de Tiflis con un juego dinámico y profundo. Menos lúcido quizá, pero también eficiente. La verticalidad es una máxima imprescindible en todo tipo de escenario y la Selección ha alcanzado un nivel en estos dos encuentros que la reivindica. Chipre no lo puso tan fácil, más cerrado por dentro y hundido que Georgia, pero aun así Luis de la Fuente diseñó una hoja de ruta suficiente para encontrar la portería de Mall. Nico Williams se tiró al espacio, Gavi y Mikel Merino irrumpieron desde atrás y Lamine Yamal asomó con la naturalidad aplastante de los genios. Su rendimiento no es que sea impropio de su edad, sino que solo los talentos especiales pueden aproximarse al mismo.

Con el permiso de Nico, fueron Lamine Yamal y Gavi los futbolistas que dejaron más huella. Del primero desconcierta lo bien que decide y su entendimiento del juego. La cantidad de recursos técnicos que posee le podía confundir, pero sucede todo lo contrario. A todo acertijo le encuentra solución con elecciones lógicas. Abierto, intervino con sus diagonales de fuera a dentro, conducciones de peso, centros medidos al área y disparos de máximo peligro. El desempeño meritorio de Yamal se salta cualquier protocolo. En paralelo, Gavi apareció sumando llegadas al área y abriendo espacios para todos los compañeros aunque no fuera él el receptor del balón. Desde su movilidad España alimentó cada posesión y envidó con mayor fe en sus posibilidades. Otra vez existió la percepción de que con la Selección vive menos encorsetado que con Xavi, y ese papel le sienta mejor. Es guerrero, pero también artista porque comprende qué hacer en cada situación. En edad de becarios todavía, Lamine Yamal y Gavi sacaron brillo a sus ya conocidas condecoraciones. Lo difícil no es lo que hacen, que también, sino cómo lo hacen.

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Lamine se mete dentro para dejar espacio a Carvajal, que conecta con un buen pase con Gavi. El centrocampista aparece por el carril y empieza a cocinar el 2-0 de Mikel Merino.