La pachanga de fin de año
El partido de amigos acabados es el vino tinto, pan y salchichón del deporte navideño
Un amigo me advirtió tras mi última lesión muscular: “Jugar al fútbol a tu edad es de cuñaos o de argentinos... abraza la elegancia y el único deporte en el que le puedes pegar una paliza a alguien 15 años menor que tú”. Se refería al tenis. Menos mal que no al pádel porque le habría tenido que bloquear. El tenis como competencia del fútbol de veteranos lo puedo tolerar. El pádel no. Es superior a mí. Después de unas duras navidades de excesos gastronómicos y sociales afrontaré hoy la tradicional pachanga de fin de año con la convicción de que hago el bien. Limpiar con los tacos la escarcha es un acto cultural de la mayor altura posible. Existe el glamour de los saltos de esquí de Los Alpes, la tradición pija de la Copa Nadal en Barcelona y por supuesto la popular San Silvestre vallecana, pero el partido de amigos acabados es el vino tinto, pan y salchichón del deporte navideño.
Durante un tiempo las navidades eran para partidos benéficos. Ahora preferimos reels en Dubai de las estrellas del fútbol aunque siguen floreciendo buenas ideas para despedir el año con fútbol. El partido de veteranos del Real Oviedo con Dely Valdés, Michu y Abel Xavier estuvo bien, pero casi se me caen lágrimas con el partidillo del futbolista del Atlético de Madrid, Marc Pubill, sobre charcos con sus amigos. Lo gracioso es que vi el vídeo en un desagradable tuit que le señalaba por poner en riesgo sus ligamentos. Infelices.
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El vídeo de Pubill tiene algo de la pachanga que monta Leiva con colegas para homenajear a su barrio de Alameda de Osuna en el documental Hasta que me quede sin voz. Unas risas con balón que demuestran que el fútbol es popular pero no por ello banal. Se cierra el año del 50 aniversario del asesinato del artista que mejor supo disfrutar del fútbol. Pier Paolo Pasolini jugó pachangas hasta dos días antes de su muerte en Ostia (Roma) en 1975 cerca de uno de los descampados donde escribió que la vida, llena de patadas, “es dura para los que tienen los pies blandos” por no haber jugado al fútbol.
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