La inagotable cantera
El verano, y especialmente julio, es un periodo del año invadido por la frescura del deporte de base, por la inagotable cantera que riega de medallas la ilusión por el futuro. El pasado fin de semana, España sumó tres podios en sendas disciplinas de equipo. Dos oros femeninos en los Europeos Sub-19 de fútbol y de waterpolo. Y una plata de mérito, que hizo incluso más ruido, a cargo de la Selección Sub-17 masculina de baloncesto, que llegó a dominar a Estados Unidos durante más de la mitad de la final, ante el caluroso público de Málaga. En sus filas suenan nombres con proyección galáctica, como Izan Almansa y Aday Mara. Si no se tuercen, claro. Cuando se habla de deportistas de estas edades, hay que hacerlo con la máxima cautela. Pero sin renunciar nunca a la esperanza que proyectan.
Sólo una semana después, España ha asegurado otras tres medallas. Dos de ellas, otra vez en baloncesto, siempre en vanguardia de las categorías inferiores. La femenina Sub-17 ha emulado el camino de la masculina y se enfrentará este domingo en la final a Estados Unidos, después de una remontada de 14 puntos ante Francia en las semifinales. Otra vez en lucha por un Mundial, una experiencia que ya vivió en 2012 y 2014. Este notable grupo persigue la estela de aquellas jugadoras, y también la de las vigentes Sub-20, que este mismo sábado doblegaron en la final del Eurobasket a la República Checa para sumar su noveno oro continental desde 2000. No piensen que es fácil porque lo hayan ganado tantas veces. De hecho, en la última edición, en 2019, no subieron ni al podio. El triplete de este finde lo completa la Selección Júnior de balonmano, los pequeños Hispanos, que se jugarán el oro europeo ante Portugal, una conquista que ya logró en 2012 y 2016. El futuro de los deportes de equipo españoles no tiene fronteras, generación tras generación. La dificultad siempre está en el último salto. Ahí no llegan todos.