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La identidad salva al Madrid, pero no a Hazard

Pobrísimo Madrid en Varsovia. Ni el empate de Rüdiger, otro signo del gen competitivo blanco, justifica el desempeño de los de Ancelotti ante un rival al que zarandeó hace solo una semana y que esta vez se envalentonó hasta merecer un triunfo de proporciones simbólicas que se le escapó de las manos. El orgullo y, cómo no, los argumentos futbolísticos del Shakhtar fueron superiores a los de un Madrid que jugó con una pesadez impropia de la Champions. Ni la proximidad del Clásico disculpa a un equipo lento en la circulación, separado entre líneas y cuyo volumen en ataque dejó mucho que desear. Ancelotti repitió el 1-4-4-2 del Bernabéu, pero no es lo mismo salir con Hazard que con Vinicius. El belga volvió a desperdiciar una ocasión pese a tener libertad de movimientos y actuar en una posición que le debería sentar bien, pero ya nada le vale. El Madrid no tuvo amenaza ni por dentro ni por fuera, atacó mal y como consecuencia se defendió peor. Perdió toda autoridad en el centro del campo, condicionados Tchouameni y Kroos con mucho espacio por delante y por detrás. No solo fue un problema de relajación, como se dirá, sino también de resolución futbolística.

El Shakhtar se protegió con más solvencia, apretó su filas y dio mejor trato al balón ante la desorganizada presión madridista. Siempre pudo salir con peligro, a lomos de Mudryk, futbolista que volará pronto del equipo ucraniano, aunque Rüdiger y Nacho atestiguaron su jerarquía como centrales, ya sean titulares o suplentes, al ofrecer una respuesta firme. Traoré no es fácil de fijar y el defensa alemán lo hizo, además de atender a las diagonales de Mudryk. No pudieron hacer nada en el gol, donde Mendy se perfiló mal ante Zubkov. Pero Rüdiger tuvo réplica final con la ayuda inestimable de Trubin. Sin el portero ucraniano, el empate no hubiera llegado. Un punto de gran valor aritmético que arrastra dudas por lo exhibido en el césped. El Madrid estuvo mal, pero como otras tantas veces empuñó la épica como remedio.

Espacio en el medio

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El Madrid perdió mal la pelota y eso facilitó las transiciones del Shakhtar. Mudryk recibió muy solo en el gol y Mykhaylichenko tuvo todo el carril por la izquierda para incorporarse. La distancia entre líneas del equipo de Ancelotti fueron evidentes.