La galaxia de Verstappen
De Bélgica a Holanda se llega en un santiamén, pero la Fórmula 1 tardará casi un mes en cubrir los 300 kilómetros que separan los circuitos de Spa-Francorchamps y Zandvoort. Ese es el tiempo de vacaciones que se toma ahora el Gran Circo antes de afrontar la segunda parte del Mundial. La primera se cerró con otro Día de la Marmota. Poco importó que Max Verstappen saliera sexto por una sanción, porque el bicampeón ya era líder de la carrera en la vuelta 17, después de rodar ocho de ellas detrás de su compañero Sergio Pérez. El neerlandés sumó su octava victoria consecutiva, que es la décima del año. Mad Max lleva diez de doce. Las otras dos las conquistó Checo en el inicio del curso, cuando aún soñaba con echarle un pulso a su jefe por el título, antes de enredarse en errores los viernes y los sábados que devolvieron al mexicano a la realidad. Pese a ello, Pérez se consolida en la segunda plaza, la misma que ocupó en el GP de Bélgica. En este Mundial está la galaxia Red Bull… y luego otros satélites.
El resto de monoplazas ruedan en el planeta Tierra, con la emoción principal de luchar por podios puntuales y por la tercera plaza del Mundial, la primera de los humanos, a la espera de que el marciano Max cometa algún error. En esa pelea, Fernando Alonso tomó ventaja al principio de la temporada con seis podios en ocho carreras, pero el Aston Martin ha perdido fuelle. Alonso se mantiene tercero del campeonato, pero Lewis Hamilton se acerca peligrosamente y se marcha de vacaciones a solo un punto de su viejo enemigo. Un duelo Alonso-Hamilton siempre gusta. Esa frescura que ahora le falta al Aston Martin, la ha heredado el McLaren, mientras que Mercedes y Ferrari entran y salen, con demasiados altibajos. Ese sería el resumen rápido de lo que llevamos de F1 en 2023, aunque se sintetiza mejor con una palabra: Verstappen.