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La final de Mendi

A Mendilibar todos le cuentan que la de hoy en Budapest es su primera final y él debe pensar que ha jugado muchas: que los partidos con el Eibar en los que se jugaba la permanencia, año tras año, eran justamente eso, finales, y que la tensión y el dramatismo de aquello se asemeja a esto o, incluso, si hablamos de sufrimiento puro, de temor a la catástrofe, de vidas que cambian para mal, aquello daba más vértigo. Mendi no es el entrenador que bajó con el Eibar: es el que lo salvó cinco años y descendió el sexto, que es como entrenar al Barça o al Madrid y ganar cinco Ligas y perder la sexta; o sea, un muy buen balance. Pero el mundo en el que vivimos te pregunta qué cuántos títulos tienes, y hoy Mendilibar podría aparecer como un gran entrenador también para ese mundo. Quizá nunca le interesó mucho ese mundo, pero ganar sí, ganar le interesa como al que más.

Y Mendi tiene hoy una ventaja: que la final la disputa con el Sevilla. Y el Sevilla, además de sentir como suyo este torneo, tiene unas cuantas cuentas pendientes. Muchos integrantes de este grupo de jugadores ganaron la Europa League en Colonia, pero fue en el año de la pandemia. El título valía lo mismo, pero no pudieron disfrutar del ambiente, de ver a la gente extasiada por su logro, de sentir que hicieron felices a los suyos. Y esta vez ellos estarán aquí, en un estadio majestuoso en el que el Sevilla perdió una Supercopa contra el Bayern de Múnich. Aquel día En Nesyri falló dos goles: uno en el 86′ en un mano a mano ante Neuer que era la victoria, y otro en la prórroga que acabó en el palo. Suyo es el mayor deseo de revancha.

La desventaja, claro, es que al rival lo entrena Mourinho, que, como el Sevilla, tampoco ha perdido ninguna final europea. La primera la ganó hace veinte años, precisamente en Sevilla. Aquel día, el del Celtic-Oporto de La Cartuja, Mendilibar entrenaba al Lanzarote y estaba peleando por ascender a Segunda División. Allí conoció a su preparador físico, el canario Toni Ruiz. Y hoy están aquí los dos, en Budapest, disputándole un gran título a la Roma.