La final de los ‘planchabragas’
La última vez que escribí sobre fútbol femenino en esta columna me llamaron planchabragas. Si se repite iremos por el buen camino. Hoy se juega la final de la Euro entre Inglaterra y Alemania y el público pasará de ella, como ha pasado de las semifinales y de todos los partidos sin la selección española. Ya no se puede achacar la falta de interés ni al tiempo prestado en los medios (TVE ha puesto los partidos en La1) ni a la falta de apoyo institucional. El fútbol femenino es un deporte en crecimiento que necesita de referencias ganadoras como Alexia Putellas o como hubieran sido las jugadoras de España si hubieran jugado la final de hoy. El deporte es cruel y a veces depende de las victorias para que sus protagonistas trasciendan a la sociedad.
El España-Inglaterra de cuartos aupó a las jugadoras en las redes. Durante dos horas Athenea, Bonmatí, Mapi León y compañía fueron trending topic. También Sandra Paños, que fue el objeto de debate de hombres aficionados discutiendo si el entrenador era un culé por no poner a Misa, la portera del Real Madrid, en favor de Paños, del Barcelona, que no paró el gol decisivo. Junto al bufandeo asomó la caverna: “Cómo va a parar algo si mide 1,68″. Sandeces como la de aquel histórico periodista que abogó por reducir el tamaño de las porterías para que el fútbol femenino fuera un digno espectáculo. Supongo que estos señores gozan como locos viendo un 0-0 de Bordalás por ser la viva representación del Cirque du Soleil sobre el césped. Y seguro que se pasaron años llamando enano a mí ídolo de la infancia, Paco Buyo, que medía poco más que Sandra Paños.
El fútbol no es un fenómeno social por su espectacularidad. Diría que hay deportes mucho más visuales. Pero lleva un siglo generando un vínculo con la sociedad a base de emociones e identidad cultural con barrios, ciudades, países e ídolos. Las mujeres van conquistando ese espacio poco a poco, sin el empujón de una victoria en la Eurocopa y a pesar de la caverna que las devolvería a la clandestinidad amateur.