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La evolución de Vinicius

Vinicius no ha tenido precisamente un camino de rosas para convertirse en lo que es en la actualidad, uno de los mejores y más determinantes futbolistas del planeta fútbol. Recordemos que cuando llegó tuvo incluso que pasar por el Castilla y que, posteriormente, era objeto de mofa por parte de algunos sectores de los medios de comunicación y/o aficionados por su falta de precisión para terminar las jugadas. En aquel momento, donde no acertaba, el brasileño ya aportaba cosas únicas que muy pocos atacantes pueden realizar, como el hecho de hundir constantemente las defensas rivales, repetir esfuerzos, atraer contrarios con sus conducciones, etc.

Para mí, hubo un valle en esta adaptación, evolución, o como queramos llamarlo. En el último año de Zidane le entraron las dudas y dejó de atreverse, de ser descarado. Al fin y al cabo, dejó de ser él. En ese tiempo sí le vi condicionado por el ruido externo, sobre que si no se entendía con Benzema o si tenía que elegir mejor sus batallas. Y observé una involución, llegando a pensar que podría perderse por el camino. Un futbolista con sus características se debe equivocar mucho y nunca dejar de intentarlo, porque sus jugadas de éxito son igual a ocasiones de gol.

Con la llegada de Ancelotti vimos un salto en su juego. Se empezó a sentir indiscutible y eso le liberó. También, y como es lógico, la templanza va llegando a las personas con la madurez y el paso de los años, y comenzó a terminar las jugadas con goles y asistencias. Su fútbol explotó. Pocos atacantes hay con esa explosividad, esa habilidad, esa mentalidad indestructible y esa ambición.

También tuvo algún obstáculo a la hora de jugar en posiciones más centradas con la marcha de Karim y la llegada de Bellingham, acabando Ancelotti por devolverlo a la banda izquierda, donde retornó a su ser. Pero este capítulo no está cerrado, porque en este último mes y medio, y ante la lesión del inglés, ha vuelto a ocupar con asiduidad zonas más cercanas al gol y su influencia ha crecido.

Antes necesitaba estar bien en lo suyo, desborde y conducción, para ser decisivo. Ahora, en partidos donde no brilla tanto en esos apartados, está siendo igual o más determinante, llegando al gol con facilidad y con hambre por hacerlo, aspecto ni mucho menos banal. Para mí, los cracks del fútbol son determinantes cuando juegan bien y, también, cuando tiene un día menos bueno. Vini está empezando a ser uno de estos.

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