Kroos es un señor
Adiós a una leyenda. Lo más difícil en el fútbol de élite es saber decir adiós. Se suele decir que el fútbol te acaba retirando por más que duela. Es ley de vida. Y más en un club de exigencias máximas como es el caso del Real Madrid. Pero Toni Kroos ha conseguido que su caso sea especial. Único. Su despedida del Bernabéu (ojalá pueda volver aquí el 2 de junio con la 15 bajo el brazo) fue tan elegante como medida, tan sentida como sencilla, tan estética como ejemplar. Desde el pasillo inicial de sus compañeros (y también el de los jugadores del Betis, chapeau por ellos), al detalle de llevar todos los hombres de Ancelotti la camiseta de Kroos. Y cuando fue cambiado en el minuto 85 por Ceballos el Bernabéu se cayó literalmente con una ovación prolongada, firme, atronadora y lacrimógena. Su imagen abrazado a su pequeña, bañada en lágrimas, dará la vuelta al mundo. Sus hijos lloraban al ver que su papá no volverá a deleitarnos con sus pases praxitelianos en la pradera mágica del Bernabéu. La grada fue consciente de ello y por eso se inundó de gente abrazada con los ojos enrojecidos por la emoción y muchas pancartas alusivas dándole las gracias al alemán por todo lo que nos ha dado en esta década prodigiosa. Kroos dejó a un lado su habitual frialdad germánica y rompió a llorar junto a sus hijos mientras empezaba a abrazarse a Ancelotti y su staff, los compañeros del banquillo, los fisios, los utileros, los miembros de comunicación... Supo tener el tacto y la paciencia para despedirse uno a uno de todos los que forman esta maravillosa familia llamada Real Madrid Club de Fútbol. Kroos se ha ido por la puerta grande como los buenos toreros. Deja un legado difícil de asumir y de suplir. El 8 siempre estará en nuestros corazones.
A por su título 23. El tifo de la Grada del Fondo Sur, con un banderín alusivo a su legendaria carrera de blanco, recordaba que tiene 22 títulos en estos diez años de gloria y grandeza. Faltaría esa 15 que lo convertiría, junto a Carvajal, Modric y Nacho, en el jugador capaz de igualar las legendarias seis Orejonas de Paco Gento. Sería el broche ideal para un futbolista de autor que supo llevar con total dignidad ese ‘8′ de otros ilustres como Del Sol, Amancio, Grosso, Míchel o Mijatovic. Fede Valverde será un digno heredero de un dorsal tan emblemático.
Courtois está ‘on fire’. Por si a alguien le quedaban dudas, Courtois volvió a dejar su portería a cero, por lo que ha completado su regreso sin encajar un solo tanto. Y eso que el Betis le exigió en un par de ocasiones, sobre todo en un remate cruzado de Miranda que era gol sí o sí, hasta que apareció la manopla gigante del belga para tocar la pelota lo justo y evitar el 0-1 que hubiese emborronado la previa de la final de Londres. Courtois volvió a demostrar que su lesión ya está archivada en los libros de historia y que vuelve a ser ese portero que agiganta su figura por momentos hasta convertir su portería en una caja de cerillas para los rivales...
A por la 15. Ese fue el lema de la grada del Bernabéu aparte del homenaje a Kroos. La afición tiene metida en la cabeza la posibilidad de poder ganar la sexta Champions de los últimos diez años, algo que supondría un impacto mundial. De prestigio y futbolístico. Y sin Mbappé. Recomiendo a Kylian que el sábado se coja un vuelo privado (imagino que con el dineral que le ha pagado Al Khelaïfi estos años se lo podrá costear sin problemas) y que anime a ‘su’ Madrid. Que aprenda de estos campeones. Reyes de Europa.
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