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Justicia con las federaciones

Ahora que podemos mirar con cierta perspectiva la situación que está viviendo la Real Federación Española de Fútbol, considero que es buen momento para hablar de lo que, de verdad, es el Deporte Federado Español y sus dirigentes.

En las últimas semanas, hemos asistido con cierta perplejidad a una valoración negativa generalizada del Deporte Federado que, en realidad, no se corresponde en modo alguno. Una vez más, se ha vuelto a equiparar al fútbol con el resto de las otras 64 federaciones que tenemos en España. Y no lo digo desde el demérito, sino porque los intereses que genera el fútbol, sus presupuestos, su forma de relacionarse con el poder político o con los medios, en nada se parecen al resto de entidades. Una vez más, el altavoz federativo del fútbol acaba intoxicando a todo el panorama deportivo de nuestro país.

Es curioso, pero de forma recurrente reclamamos a los nuevos secretarios de Estado para el Deporte que se traten los problemas del fútbol de manera independiente, pues su ecosistema es muy distinto al resto. El estricto control financiero, el administrativo, el auditor y tantos otros a los que estamos sujetos las federaciones es muy exigente y en muchas ocasiones sobrepasan nuestras capacidades económicas y administrativas. Pero se nos pone al mismo nivel de exigencia burocrática que al fútbol. Y creemos que no es necesario más, sino mejorar y agilizar los mecanismos de control ya existentes.

Se habla con ligereza estos días de la necesidad de cambiar todas las estructuras, de ampliar ordenanzas cuando la actual Ley del Deporte ya contempla casi 20 reglamentos a los que tiene que hacer frente una federación, incluidos prevención de abusos e igualdad. Honestamente, no creo que se trate tanto de crear más normativas, sino de usar eficazmente las existentes.

Porque la realidad del deporte federado y de sus dirigentes pasa por un esfuerzo, un compromiso y un nivel de conocimiento de su disciplina que en muchas ocasiones implica renunciar a la conciliación; y todo para que ese deporte se practique de manera regulada. Por cierto, no somos empresas, sino entidades privadas de utilidad pública.

Conviene hacer memoria también del Estudio elaborado por Deloitte hace unos años y en el que se puso de manifiesto que la aportación de nuestro Estado tendría que incrementarse en aproximadamente 120 millones de euros anuales para estar al nivel de otras federaciones de éxito en el mundo. Trabajamos con muchos menos recursos (entre dos y cuatro veces menos) que por ejemplo Italia, Reino Unido o Portugal. Y con todo, ahí sigue presente el milagro cada año de los éxitos internacionales de nuestros deportistas.

En 2018, la organización Transparencia Internacional inició un estudio sobre la transparencia en nuestras federaciones y después de varias ediciones, la puntuación media obtenida fue de 94,28 sobre 100.

Con respecto a cuestiones relacionadas con la igualdad debemos mejorar, pero también es justo decir todas las acciones en las que trabajamos para incrementar la participación de la mujer. La Ley recién aprobada marca la cifra del 40% de presencia femenina en directivas, estando la media hoy en el 35%. E incluso hay federaciones como Triatlón, por hablar de mi caso, en donde las mujeres ocupan el 60% de los cargos en la Junta Directiva.

Desde ADESP hemos lanzado también la primera red de mujeres directivas del deporte, Sportnet4Women. Un programa innovador en el que tiene cabida la formación y el mentoring, del cual se han beneficiado de manera gratuita unas 200 mujeres, con el único objetivo de empoderar a aquellas que quieren desarrollar su carrera en nuestra industria. Y lo estamos liderando con más imaginación que recursos.

En definitiva, tratemos con justicia a las federaciones y no generalicemos con ellas ni con sus dirigentes, somos muy conscientes de que nuestras entidades son instrumentos que generan bienestar social. No olvidemos. Salvo que decidamos eliminarlas, por favor, escuchémoslas antes de decidir.

A tal fin nos hemos propuesto mantener reuniones con partidos políticos, Gobierno y sectores sociales y deportivos, para transmitir lo que realmente somos y trabajar conjuntamente en hacer un deporte más igualitario y mejor para todos.

José Hidalgo es presidente de ADESP, Asociación del Deporte Español.