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Jornada redonda del fútbol español

Gloriosa tarde europea en la tele. Fue una sesión continua de seis horas largas que empezó en Estambul y terminó en Dortmund, pasando por Madrid. Ideal para quedarse en casa en un día desapacible. El Athletic, que abría plaza, salió vencedor de su visita al Fenerbahçe de Mourinho, que por cierto aprovechó la visita de periodistas españoles para enviar lisonjas al Madrid y de paso aconsejarle que fiche a Nico Williams. Al hermano Iñaki no debió de parecerle muy bien, porque represalió esa declaración con dos goles, uno muy fácil, el otro de categoría. El Athletic vuela en la Europa League. Bueno, vuela en todo. Un gran Athletic.

En el Metropolitano el Atlético siguió en la línea de fútbol bueno y con goles. La pareja Griezmann-Julián Alvarez es magnífica y en la media Barrios y De Paul constituyen un émbolo de presión y de juego. También las bandas funcionan. A pesar de un penalti en contra bastante misterioso, de esos de sexador de pollos entrometido, y que supuso el 2-1, nunca llegó a sentirse inquietud. El Atlético se sitúa undécimo, a sólo un punto del octavo puesto. Le queda recibir al Leverkusen y visitar al Salzburgo. Por cierto, lleva cinco partidos marcando tres o más goles; no ocurría desde los remotos tiempos de Helenio Herrera.

Y cerró el Barça con victoria también, muy hermosa y emocionante. Tuvo un primer tramo en el que jugó primorosamente, pero desperdició goles y luego el partido desembocó en una lucha de poder a poder, con hermosos detalles y cinco goles. Dos veces se adelantó el Barça, las dos se dejó igualar un poco tontamente, una por un fuera de juego desordenado, la otra por una imprudencia de Cubarsí con resultado de penalti. Pero la constancia de todos y el acierto arriba acabó rindiendo el tributo de ese 2-3, con uno de Raphinha y dos de Ferran Torres. El Barça es segundo, a falta de visitar al Benfica y recibir al Atalanta.