Iñigo tenía un plan y su Rayo es otra historia
Y colorín, colorado, este cuento ha cambiado. La ilusión de Iñigo Pérez es muy contagiosa. Del verde a la grada. De lo anímico a lo futbolístico. El once ya era toda una declaración de intenciones con Trejo y De Tomás. Había que recuperarlos a ellos para que el Rayo volviese a ser el que era y el plan de Iñigo funcionó. Al gol de Joselu contestó la grada: “Este barrio nunca se rinde”. Lo demostró. Llegó el penalti. Isi dio el balón y ánimos a RdT y el estadio se cayó con el gol del delantero. Le abrazaron sus compañeros y todo Vallecas.
Más allá del empate, las sensaciones son otras. Este equipo tiene otro color. En el barrio no hay sitio para el desaliento, ni la tristeza. Sólo para la solidaridad y la lucha. Esa que promete una afición que alzó la voz alta y clara: “Este es nuestro estadio. No nos moverán”. Un campo que no sólo está, también es el corazón de Vallecas.