Impedir el relato culé

Hay algo que no se le puede quitar al Barça. Algo admirable en lo que no le gana nadie. Hablo de la extraordinaria capacidad que tienen el club catalán y sus vasallos para fabricar y difundir su relato. No es que inventen cosas desde la nada sino que saben aprovechar cualquier rayo de sol, por muy pequeño que sea, para proclamar que ha llegado la primavera y decretar que el verano será estupendo. Reconozco que esa cultura de la comunicación, construida con maquillaje y énfasis, le ha permitido al Barça superar un gran número de crisis deportivas e institucionales. Recordemos, por ejemplo, como Bojan Krkic o Ansu Fati iban a ser los mejores jugadores del mundo o como los Balones de Oro de Messi (e incluso de Alexia Putellas) parecían valer más que las catorce Copas de Europa del Madrid.

Ahora mismo el Barça está inmerso en uno de los momentos más complicados de su historia (quizás el que más porque su situación económica pone en peligro su modelo de club de sus socios) y Xavi no consigue ni que su equipo juegue bien ni que asegure resultados positivos. Necesita algo a lo que agarrarse para vender un humo nuevo, para escribir una historia nueva que tranquilice a sus aficionados y patrocinadores. Y no hay nada mejor que una victoria frente al Madrid. Más allá de la conquista de un título, hoy Ancelotti y su chicos deben impedir el relato culé.

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