Igual de irreprochable sin Lamine y Nico
La nueva disposición de Pedri y Merino ha mejorado aún más el juego del equipo
Se ha explicado el éxito de la Selección a través de una historia que comenzó a construirse en septiembre de 2023. España venía de un doble trauma, el caso Rubiales que precipitó la caída del presidente de la Federación después del Mundial femenino y las dudas que se generaron en la derrota contra Escocia en Glasgow. Fue uno de los primeros partidos como seleccionador, sustituto de Luis Enrique tras la decepción en el Mundial de Qatar. A España le tocaba enfrentarse a Georgia en Tiflis, con más dudas que certezas. De la Fuente alineó a Marco Asensio y Dani Olmo en los extremos, a pierna cambiada. Los dos se lesionaron en el primer tiempo. De la Fuente tomó una decisión que, en gran medida, explicaría el éxito del equipo. Ingresaron Nico Williams (20 años) y Lamine Yamal (16).
Parece que ha pasado un siglo desde entonces, pero apenas han sido dos años. Desde entonces, la Selección no ha perdido ningún partido oficial, aunque Portugal la superó en la tanda de penaltis de la final de la Liga de las Naciones. Por medio, el tremendo recorrido en la Eurocopa 2024, sostenido por victorias contra Italia, Alemania, Francia e Inglaterra, todos los equipos europeos que han ganado al menos un Mundial, selecto club en el que España entró en 2010.
Es un invicto de 29 partidos que explica la nueva magnitud de equipo. De las dudas a la máxima consideración: España figura como gran candidata a la victoria en el próximo Mundial. La aportación de sus dos jóvenes extremos ha sido impresionante desde su debut en Georgia. Sin perder ni un gramo de la autoridad de sus centrocampistas, una seña de identidad del fútbol español, la Selección ha encontrado una mina de oro en Lamine Yamal y Nico Williams. Su rendimiento ha sido tan extraordinario que había derecho a preguntarse por la respuesta de España sin ellos.
De eso se ha tratado en los dos últimos partidos. Es cierto que contra equipos –Georgia y Bulgaria– en la escala inferior del ranking, pero la producción de España ha sido impecable, tanto en juego como en goles, además del vigor del equipo en los dos partidos. Contra Georgia, Ferran y Yeremy Pino jugaron en las alas. Oyarzabal y Baena lo hicieron frente a Bulgaria. Son jugadores más que acreditados, en tres de los casos –Oyarzabal, Ferran y Baena– sin la etiqueta de extremos naturales. Ferran lo fue. Ahora se desempeña con éxito como delantero centro del Barça.
Sin dos de sus grandes estrellas, la Selección pasó con nota el examen. Encontró alternativas, se adaptó a los cambios y aprovechó al máximo el ingenio de sus centrocampistas, con Pedri y Merino en una nueva disposición. Después del partido con Bulgaria, le preguntaron a De la Fuente por qué había cambiado el rol de Pedri –más cercano a Zubimendi y a la base de la elaboración– y Merino, que ha ocupado la posición del jugador del Barça en el esquema habitual del equipo. El seleccionador contestó que se había dado cuenta de su error y que la nueva fórmula había mejorado aún más el rendimiento general.
Noticias relacionadas
Su respuesta fue tan rotunda que causó extrañeza escucharla. No suelen escucharse confesiones públicas tan sinceras. Tampoco es fácil discutir el impacto de los dos jugadores que más han brillado en los dos últimos partidos. Pedri volvió a asombrar y Merino, que es clínico para interpretar las necesidades del equipo, se ha erigido en un martillo pilón en las áreas rivales, un caso de máximo aprovechamiento que en esta fase de clasificación del Mundial se ha extendido al resto del equipo, con o sin Lamine y Nico.
¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí
Rellene su nombre y apellidos para comentar