Gavi es un estado de ánimo

A uno se le removía todo viendo a Gavi dar carreritas por la banda de Zorrilla cuando su rodilla derecha ya había hecho crack. Pero de esa pasta está hecho. Y ahí fue Gavi, que lo primero que hizo después de volver imprudentemente al campo (alguien debió frenarlo...), fue saltar con todo a por un balón. Entonces sí, cuando puso la pierna en tierra, se le vino el mundo encima. El Barça no sólo pierde para meses un futbolista enorme que pisoteó todos los clichés de aquellos puristas que dudaron de su categoría cuando irrumpió. Gavi es un estado de ánimo, y su baja pesa en un equipo en el que escasean jugadores que se rebelen contra la adversidad y contagien al grupo.

Gavi se convirtió el 3 de septiembre en el jugador más joven de la historia del Barça en alcanzar los cien partidos, una cifra que dice más de la precocidad de un debut, porque ya habla de una trayectoria. Instalado en la élite, renovado hasta 2026, fue Piqué quien definió mejor la inoportunidad de su lesión (“una putada”); y también quien le dio uno de los mejores consejos: “Le quedan 15 años de carrera; que sólo vuelva cuando esté bien”. Gavi sabe que de la profesionalidad con la que se emplee estos meses dependerá su estado en el regreso. Volverá a hacernos vibrar.

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