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Francho salva un punto en un partido para golear

Un gol de Francho en el descuento le acabó haciendo justicia a medias al Real Zaragoza, que se cargó de merecimientos en Riazor, después de haber levantado la losa de un tempranero y mayúsculo regalo defensivo, nada que no hayamos visto ya en este campeonato en el que tantas veces se ha visto obligado a jugar a remolque. El equipo de Víctor Fernández dejó un partido notabilísimo, de los mejores de la temporada, pero su desacierto y falta de puntería en el área del Deportivo le abocaron a un empate que se le queda muy corto para su provecho futbolístico. Hasta media docena de ocasiones muy claras produjo el Zaragoza, pero ni Aketxe, ni Calero, ni Azón tuvieron el santo de cara y al Zaragoza se le escapó una victoria que se ganó con creces sobre el césped.

Revolución completa con respecto al once que perdió frente al Albacete en La Romareda, con hasta seis cambios, incluido el portero (Femenías, Jair, Clemente, Calero, Marc Aguado y Ares), y un dibujo con tres centrales, dos medioscentros y dos mediaspuntas que ya estrenó Víctor Fernández en la Copa contra el Granada.

El Zaragoza dio enseguida un primer aviso serio, en una combinación de Ares con Calero que Aketxe, con todo a su favor, no acertó a definir incomodado por Mfulu. Pero para no perder la costumbre, a los seis minutos ya tenía el partido cuesta arriba. Un córner contra el Deportivo acabó con la pelota en la red de Femenías, como resultado de otro descuido tremendo, otro más en la lista de horrores defensivos del equipo. La acción cogió al Zaragoza muy mal posicionado y, además, no cerró nadie. Un error de alevines. Un regalo mayúsculo.

El Zaragoza se rehízo con autoridad y encontró la vía para hacerle daño al Deportivo por las bandas, con un Luna pletórico, pero Aketxe, a la media hora, y Calero, al filo del descanso, marraron ocasiones muy claras que le hubieran hecho justicia a sus méritos de la primera parte. Todavía más clara fue la oportunidad que mandó a las nubes Calero a los diez minutos de la segunda parte.

El equipo aragonés, refrescado con la entrada de Toni Moya, Francho y Pau Sans, continuó atacando en busca del empate, pero esta vez fue Iván Azón el que no acertó con la portería en dos disparos dentro del área. Pero tanto fue el cántaro a la fuente, tanta fue la insistencia, que Francho, de nuevo providencial, le dio al Zaragoza un empate sobre la bocina.

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