Exhibición en Cádiz de Rodrygo y Benzema
El del Nuevo Mirandilla fue una delicia de partido. Así da gusto. Ritmo, sentido colectivo, pierna fuerte pero sin mala intención, arbitraje no invasivo y algunas individualidades extraordinarias. Citaré tres sobre todo: Rodrygo, Benzema y David Gil, el meta suplente del Cádiz que está cuidando muy bien el fuerte en la larga ausencia disciplinaria de Ledesma. Su gran partido fue consecuencia de la magnífica actuación de los otros dos, que bien secundados por el resto del equipo le metieron las cabras en el corral gran cantidad de veces. El Madrid lanzó 35 remates, 11 a portería, de los que Gil interceptó 9. Otras dos veces le salvó el palo.
Tan firme estuvo David Gil que pareció que el Cádiz salvaría al menos un punto, porque retrasó mucho el gol. Llegó, curiosamente, cuando avanzada la segunda parte Sergio sustituyó a tres hombres, ya agotados de soportar la ofensiva del Madrid. El pequeño lapso de tiempo que tardó en encajarse otra vez lo aprovechó el Madrid para marcar con dos tiros ajustadísimos, uno de Nacho y otro de Asensio, en jugadas en las que el entramado de contención local no estuvo tan bien armado. Luego sí, el Cádiz se organizó de nuevo y hasta aprovechó la energía de los refuerzos para soltarse y amenazar al Madrid. Pero ya era tarde para salvar siquiera un punto.
El Madrid regresó con la victoria pero sobre todo con la convicción de tener a su gente en muy buena forma cara a este final de la temporada, cuando se reparten los premios. Y con una exhibición de Rodrygo, claramente más cómodo en la banda izquierda que en la derecha. En cuanto a Benzema, aunque se le escapó el gol que buscó mucho (dos veces tiró al palo y otras Gil le dijo que no) está de nuevo de lujo. Le sale todo lo que piensa, y lo que piensa siempre es bello y útil. Los seis no titulares que salieron ayer demostraron, como los cinco que sí lo son, haber alcanzado este tramo decisivo de la temporada en estupenda forma. Hay buenas perspectivas.