Etxeberria no es el problema, es la solución
A día de hoy existen pocas profesiones más ingratas que la de un entrenador de fútbol. Cuando las cosas van por buen cauce, estos, son glorificados, no dan abasto para halagos y rápidamente pueden hacerse un hueco en el corazón de un aficionado. Pero cuando vienen mal dadas, nadie escapa de las críticas. Hasta el que hace días enaltecía tu nombre, en pocas horas es capaz de aprovechar un bache desafortunado para pedir tu cabeza. Así es como se las gasta el fútbol. Y por suerte para el Eibar, Joseba Etxeberria sabe de primera mano cómo va el tema. Cada vez que tiene la oportunidad, no se cansa de repetir que entiende el hastío de la afición. Pues él es el primero que no está saciado con los resultados cosechados hasta la fecha.
Recién cumplido un tercio de la competición, los armeros se mantienen en la 13ª posición, a cuatro puntos del playoff y a otros seis de la zona roja. Situación negativa que podría agravarse tras las disputas de los partidos aplazados por la DANA. Los registros goleadores tampoco son para echar cohetes. Solo Cartagena, Tenerife y Racing de Ferrol, todos en descenso, han sido capaces de anotar menos goles que el Eibar. Ahora, todo tiene un porqué. Aunque en un fútbol cada vez más impaciente y resultadista, no hay explicaciones que valgan sino culpables a los que apuntar con el dardo. En el caso eibartarra, el blanco fácil no es otro que el del técnico elgoibartarra. A mediados de noviembre parece que de poco vale la exitosa campaña anterior, donde un solo punto arrebató al club azulgrana de volver a militar en Primera División. Como tampoco parecen convencer los brotes verdes obtenidos hasta la fecha.
Si a comienzos de campaña los buenos resultados eclipsaban la falta de juego, ahora son los resultados negativos los que opacan la mejoría sobre el verde. Pese a que muchos rehúyen de ello, el equipo armero mereció una recompensa mayor tras destacar en el primer tiempo ante el Elche, como también hizo méritos para marcharse con varios puntos de Riazor. Porque así de caprichoso es este deporte. Hay días en los que sumas puntos, sin prácticamente haberlo merecido (Castellón, 1ª jornada) y otros en los que, pese a dar tu mejor versión, la fortuna no está de tu lado (Levante, 3ª jornada).
Pero a la larga el fútbol te pone en tu lugar. Y mientras el curso fluye, el ‘Gallo’ hace honor a su apodo y saca el pecho con la misión de frenar todas las balas. “Como máximo responsable del equipo que soy yo, las críticas hacia mí”, arrojó en sala de prensa hace tan solo una semana. El míster azulgrana quiere acaparar todo el foco. Al fin y al cabo, busca que los reproches apunten hacia el banquillo, antes que al rectángulo de juego. De esta manera, los jugadores, principales protagonistas de la historia, se despojan de cualquier responsabilidad, mientras centran sus esfuerzos en recuperar su mejor versión. Así que no hay problema, en caso de que se apoye al azulgrana que persigue el balón, las miradas pueden seguir apuntando a Etxeberria. Compostura y talante le sobran. Además de conocimiento futbolístico, claro. Aunque esto último parece caer en el olvido. Paciencia. Es la virtud de los ganadores.
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