Esta herida tardará en cicatrizar en el Atleti

Ha pasado un día y la herida del Signal Iduna Park sigue escociendo en el corazón atlético. Y es que, tal y como está montado esto, con los clubes Estado y otros que lo parecen, no será fácil tener una oportunidad tan clara para meterte en semifinales de la Champions en los próximos años. Para ello, te lo jugabas con un Dortmund que ni en la ida ni en la vuelta demostró ser superior a ti. Un Dortmund al que, si le presionabas, se le veían las costuras. Un Dortmund a quien le creaste cuatro mano a mano y no aprovechaste ninguno. Un Dortmund que sí tuvo la eficacia que te faltó a ti. Es por ello que esta herida tardará en cicatrizar, porque no fueron pequeños detalles de la pizarra ni de compromiso de los futbolistas, sino detalles gordos por la claridad de las jugadas, ya fuesen tanto las marcables como las parables.

También, una vez más, los del Cholo fueron sometidos por una banda derecha endeble, teniendo que rectificar con unos cambios en el descanso que fortalecieron dicho lateral y le dieron profundidad al otro con Riquelme. La frustración y la desilusión nos llevan siempre a focalizar y señalar a un culpable. Nos equivocaríamos si así lo hiciésemos en esta derrota, porque analizar la eliminatoria desembocaría en algo más genérico, algo que Berta y compañía deben trabajar este verano. Tampoco son casualidad los números del equipo fuera de casa, donde se repite la falta de consistencia, con un centro del campo que no termina de manejar los tiempos del partido y unos puntas que llegaron a este tramo de campeonato con la flechita para abajo. Sería injusto señalar a un culpable de esta eliminación, que vino más por déficit de contundencia que por falta de actitud.

Para lo último, me dejo lo primero: honor para esos 4.000 rojiblancos que, de nuevo, demostraron no tener rival a la hora de seguir a su Atlético. No lo dudéis, volveremos.