Opinión

España vuelve a tener centrales

En todo caso, en aquel panorama nublado que auguraba con acierto Lopetegui, hoy luce el sol.

Valencia, Spain - March 23: Dean Huijsen of Spain looks on during the UEFA Nations League Quarterfinal Leg Two match between Spain and Netherlands at Estadio de Mestalla on March 23, 2025 in Valencia, Spain. (Photo by Marcel ter Bals/DeFodi Images/DeFodi via Getty Images)
DeFodi Images | DiarioAS
Alfredo Relaño
Actualizado a

Estos días he recordado una conversación de hace algunos años con Julen Lopetegui, entonces seleccionador Sub-21, sobre lo que venía en las selecciones inferiores. Me auguró un buen futuro para la Selección mayor, pero le preocupaba la escasez de buenos centrales. Ni echando la mirada muy hacia abajo veía posibilidades realmente prometedoras. Era preocupante, pues estaban de salida los Puyol, Marchena, Sergio Ramos y Piqué. El tiempo le dio la razón. A Qatar llevamos a Eric Garcia y Guillamón, y acabó jugando ahí Rodri. Luego nos hemos apañado con Le Normand y Laporte, dos descartes de Francia.

Nada que decir contra ellos, salvo el desmedido afán por agarrar de Le Normand, pero nunca vencí la impresión de que si jugaron con España fue porque en Francia tenían otros por delante. Por eso celebro esta súbita aparición de nuevos centrales autóctonos, que empezó en Vivian, siguió por Cubarsí, se prolongó con Asencio y ahora culmina con la feliz aparición de Huijsen, un regalo del cielo. Ya son cuatro más Íñigo Martínez, un gran central con el que en las llamadas a la Selección ha habido malentendidos innecesarios. En todo caso, en aquel panorama nublado que auguraba con acierto Lopetegui, hoy luce el sol.

Huijsen ha sido un acierto de la Federación, que solemos juzgar más por las botaratadas de sus presidentes que por el buen trabajo de mucho currante anónimo que saca adelante el día a día. Era capitán de la Sub-19 holandesa y se lo hemos birlado y con derecho, porque el chico es sobre todo malagueño. Ahora falta que su repatriación la complete el Madrid. Apetece soñar con la pareja que haría con Asencio, un poco al modo de aquella de Alkorta y Hierro: el primero, rápido y firme para el corte, el segundo espléndido para salir jugando. El precio, 50 millones, no es para asustar, si es que el Madrid anda tan bien de caja como pregona.

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